A Jaume Martínez Vich (Palma, 1993) le ofrecieron hace diez años, cuando tenía 19, una beca completa para jugar a tenis en Hawaii Pacific University. «Mi objetivo era jugar a tenis profesionalmente pero a esa edad ya no estaba disfrutando del tenis de la misma forma que lo hacía a los 16. Irme a Hawaii a estudiar y jugar a nivel de universidad tenía más sentido en mi situación». Hoy hace una década que reside en Hawaii. «Durante mis primeros 3 años y medio estudié una carrera de negocios internacionales y después estudié un Máster en Negocios y marketing».
Cuando terminó sus estudios decidió formar parte del mundo empresarial y buscarse un poco la vida. «Nunca he querido trabajar para otra gente, me gusta más que trabajen para mí». Los siguientes cinco años de su vida fueron una aventura de altos y bajos. Jaume Martínez Vich ha llegado a formar parte de cuatro negocios. Uno de calzado, un restaurante Thai, un alquiler de coches y un programa de tenis. «Durante la COVID el mundo de los negocios cambió mucho. Estos funcionaban gracias al turismo en Hawaii y éste desapareció por todas las restricciones. Al final decidí dejar de formar parte de todos excepto del único que era totalmente mío llamado Aloha Tennis Management, donde se ofrecen clases de tenis, pickleball y preparación física».
Hace unos meses, Jaume empezó a ver que el pickleball estaba cogiendo carrerilla y comprobaba cómo unos pocos jugadores estaban ganando más de 300.000 dólares al año. «Físicamente estoy en forma y las raquetas siempre se me han dado bastante bien. Pensé que tenía mucho más talento que la gente que estaba ganándose la vida con ello y que yo también podría hacerlo. Tener negocios es muy guay pero decidí meterme de lleno en este mundo», apunta. Al principio no se lo dijo a nadie, ni a su familia. «Me hubieran tratado de loco si les hubiera dicho que iba a dejarlo todo por jugar a las ‘palas'. Pero cualquiera que me conozca un poco sabe que con estas cosas me gusta jugármela. Me da placer no tener ni idea de a dónde voy a parar. Llevo 10 años improvisando y no voy a parar ahora».
En sólo cuatro meses Jaume ha logrado clasificarse para los torneos más grandes. «He ganado partidos contra jugadores top 10 y ahora mismo estoy entre los 30 mejores del mundo en individual y empezando a jugar en dobles y mixto. Mi objetivo es ser número 1». En el primer Grand Slam de la temporada disputado quedó sexto viniendo de las fases previas. «El premio en metálico está bien, pero el dinero viene más por las marcas que te patrocinan». Austin y Utah son sus dos próximas citas en el calendario.
El auge de este deporte es exponencial. «Las competiciones son televisadas y las marcas están dispuestas a pagar muchísimo dinero para que juegues con sus logos. Viajo cada dos semanas por todo Estados Unidos y en verano tengo previstas algunas exhibiciones en Asia y Europa». Jaume se muestra un poco escéptico sobre el desembarco de este deporte en Europa. «El pádel es mucho más divertido. En Estados Unidos no se practica mucho de momento y por eso el pickleball está arrasando. No podría decir cómo estos dos deportes van a compaginarse en un futuro. A lo mejor acabarán metiéndole cristales a la pista de pickleball. A estas alturas yo ya me espero cualquier cosa».