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Kim Hung Su, el regreso del maestro

El precursor del taekwondo en Mallorca recibe el homenaje de sus alumnos

Kim Hung Su muestra la medalla de oro al mérito deportivo de la Federación Española, con Antonio Navas Pozo. | Jaume Morey

| Palma |

Los pioneros del taekwondo en Mallorca tienen siempre muy presente la figura de Kim Hung Su (Seúl, 1947), su maestro y mentor, quien días atrás regresó a la Isla junto a su esposa para reencontrarse con sus pupilos y recibir la medalla de oro al mérito deportivo de la Real Federación Española de Taekwondo, que reconoce la labor realizada por el técnico surcoreano a mediados de la década de los setenta del pasado siglo, cuando aterrizó en una Isla en la que este deporte olímpico y hoy en día asentado «era totalmente desconocido», recuerda Kim Hung Su, acompañado por uno de sus pupilos más ilustres, el actual presidente de la Federación Balear, Antonio Navas Pozo.

El maestro surcoreano se siente «muy orgulloso» de sus alumnos, del legado que dejó y han sabido «hacer crecer», además de «gratamente sorprendido por la cantidad de clubes y deportistas que hay en la Isla. En Mallorca, y en las otras. Además, hay hasta un centro de tecnificación -dirigido por su ahijado, Antonio Navas Tejero- y semanas atrás, se realizó una competición nacional con cerca de mil participantes. Es espectacular», refiere Kim Hung Su, quien reside en la actualidad en Los Ángeles (Estados Unidos) y mantiene un fluido castellano que le permite mantener contacto con su gente en Mallorca, donde ha vivido jornadas «muy emocionantes, viendo de nuevo a gente a la que queremos mucho».

Inicios

Rememora Kim Hung Su su llegad a España y su posterior aparición en Mallorca, «en enero de 1975. Estaba en Barcelona, donde me destinaron, pues necesitaban un maestro en España. Aquí, tenía un gimnasio con cuatro o cinco chicos y hacíamos exhibiciones en lugares como la plaza de toros...», relata. Durante seis años estuvo en Mallorca, para irse a Madrid en 1980. «Dejé a gente muy capaz aquí, fueron creciendo y estoy contento porque yo sembré una semilla y ellos han sabido cuidar ese legado», prosigue Kim Hung Su, quien se muestra «feliz» al ver que «el taekwondo ha hecho que mis alumnos y yo seamos como una familia. Así les considero yo. Ellos me tienen como un segundo padre, y eso me hace feliz, muy feliz, porque es la muestra de que hicimos un buen trabajo aquellos años». Porque para Kim Hung Su, «Mallorca y España son como mi segunda casa», deseando volver de nuevo para estar junto a sus alumnos.

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