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Alarde de fuerza de Gilbert para llevarse la etapa

El belga philippe Gilbert celebra su triunfo en la línia de meta de Verbania, final de la decimoctava etapa del Giro 2015. | Reuters

| Verbania |

El belga Philippe Gilbert (BMC), en un alarde de fuerza y clase en solitario, logró el doblete en el Giro imponiéndose en la decimoctava etapa disputada entre Melide y Verbania, de 170 kilómetros, en la que Alberto Contador dio un paso decisivo para lograr la maglia rosa el domingo en Milán.

Gilbert, de 32 años, el mismo que se impuso en Monte Berico, sacó oro de la escapada que marcó la etapa merced a unos últimos 20 kilómetros en solitario en los que tiró de sus dotes de clasicómano para llegar a meta en solitario.

Una exhibición que le permitió entrar en meta con 47 segundos de adelantó sobre el italiano Francesco Bongiorno (Bardiani) y 1:01 minutos respecto a un grupo de 6 corredores en el que se encontraba el español David de la Cruz (Etixx), todos ellos integrantes de la aventura inicial.

A 6.05 minutos irrumpió Alberto Contador con su reforzada maglia rosa. Lo hizo acompañado por el canadiense Ryder Hesjedal, una especia de gregario que le ayudó a meter 1:13 al grupo de Mikel Landa y Fabio Aru, el dúo del Astana que una vez más fueron víctimas de la furia del madrileño.

Un paso decisivo para Contador en espera de las etapas de Cervinia y Sestriere, dos «etapones» que por recorrido y dureza bien podrían aportar sorpresas, pero las fuerzas están claras. El de Pinto va camino de su segundo Giro. Las diferencias son amplias: 5:15 minutos a Landa, esta vez perjudicado por una caída y 6:05 a Aru. Cuarta plaza para el costarricense del Movistar a 7:01.

Se esperaba una fuga para animar la etapa antes de que los aspirantes de la general se vieran las caras en el Monte Ologno, cuya cima estaba a 35 kilómetros de meta. Y llegó la fuga pasado el 40 con 12 hombres que volaron en la parte ondulada del principio y en el llano posterior. En la primera hora se cubrieron 49,5 kilómetros.

Una aventura numerosa, sin representación del Tinkoff de Contador o del Astana de Landa y Aru. Se metieron el español David de la Cruz (Etixx), el francés Chavanel (Iam) y el belga Philippe Gilbert (BMC), entre otros. Enseguida el grupo escapado vio que el pelotón estaba de rebajas, pues a 50 kilómetros de meta la ventaja era de 13:10 minutos.

Poco después aparecieron las caídas y la etapa sufrió un vuelco. En el Giro, dijo Contador, siempre pasa algo, está lleno de trampas, y una de ellas afectó a Landa y su compañero Tiralongo.

El Tinkoff vio rodar por el asfalto al enemigo número uno y abrió gas a tope tirando a bloque, mientras el ciclista alavés iba perdiendo tiempo y fuerzas, cerca del momento clave, a los pies del inédito Monte Ologno. Empezaba a despedirse el nuevo líder del Astana de la opción de «hacer la guerra a Contador», como vaticinaba en la víspera.

Una carrera rota al inicio de la cuesta que aprovechó la maglia rosa para ponerse de pie y despedirse del grupo principal, donde se quedó sin respuesta ni aliento Fabio Aru, en otro día débil.

Camino en solitario con 42 kilómetros por delante. El madrileño sacó las alas como ya hizo en el Mortirolo, voló en los 10 kilómetros de ascenso al 9 por ciento de pendiente.

Un ataque lejano, potente y definitivo que le permitió ir alcanzando a la docena de corredores de la avanzadilla. Pero no sin dificultad, ya que un problema en el cambio le atascó unos segundos. menos mal que un atento mecánico le volvió a impulsar en su camino.

Contador cruzó la cima acompañado de Hesjedal a 7,43 kilómetros del cuarteto formado por Moinard (BMC), De La Cruz (Etixx), Bongiorno (Bardiani) y Siutsou (Sky), y con una renta de 1:08 sobre el grupo de Landa, que ya había enlazado con Aru.

Entrelazado marchaba Gilbert, quien conectó en el descenso con la fuga. A 20 kilómetros de meta el ciclista valón quemó sus naves para quedarse solo y lanzarse a tumba abierta en un peligroso descenso por su segunda victoria en la presente edición.

El campeón del Mundo en 2012 se exprimió a tope para alcanzar el doblete. Levantó los brazos en Monte Berico y en Verbania volvió al podio. Un clasicómano que tiró de fuerza y experiencia para añadir su tercera victoria en la carrera rosa.

Mientras, Contador, acompañado por Hesjedal, vencedor del Giro 2012, mantenía en la raya de los 1:30 minutos a sus rivales de la general, resignados en una infructuosa persecución.

Al final un pellizco de 1:13. Suficiente, «si no pasa nada raro», que podría pasar, para lograr el primer objetivo del año. Contador se acercó al trofeo «sin fin» de las espirales doradas.

Este viernes se disputa la decimonovena etapa entre Gravellona Toce y Cervinia, una larga jornada de 236 kilómetros con tres puertos en la segunda mitad. Terreno único para que brille el más fuerte. Al final un ascenso de 19 kilómetros al 5 por ciento de pendiente media. Antes, dos colosos, Saint Barthelemy y Saint Pantaleon.

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