El gran corazón de la familia del San Francisco se encogió el pasado martes cuando su jugador cadete Kevin Amos sufría una parada cardiorrespiratoria durante el entrenamiento que realizaba su equipo en Son Fuster. Tras el gran sobresalto, el club ya respira optimismo y se vuelca en mandar ánimos a su joven jugador. «Kevin ganará este partido», dicen con ilusión.
El jugador salió este jueves del coma inducido y permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Son Espases, pero su evolución es positiva y la sonrisa que lucía ayer ante sus familiares se convierte en el mejor síntoma de que la recuperación marcha por el buen camino.
Puede parecer un milagro que el joven sobreviera a un paro como el que le sobrevino, pero fue la rápida actuación de los presentes los que lo obraron. «Habíamos terminado el calentamiento y cuando lo vi en el suelo creí que estaba bromeando, pero rápidamente los compañeros me advirtieron que se había desplomado. Entonces llamé rápidamente a Miquel (Vidal) y procuré que sus compañeros dejaran trabajar», explica el técnico del cadete B del San Francisco, Walter Roura.
Miquel Vidal ejerce de segundo entrenador y es enfermero de Son Espases. Huye del protagonismo, pero su reacción y su buen hacer fueron decisivas para salvar a Kevin en unos momentos de gran tensión. «Tenía interiorizado el protocolo y lo más importante es que disponíamos del material para responder a una situación así. Kiko (Balle) estuvo espectacular porque enseguida llegó con el desfibrilador y atendimos a Kevin», comenta Miquel Vidal, que se encargó de realizarle el masaje cardíaco mientras llegaba la ambulancia.
Su corazón se detuvo en dos ocasiones sobre el terreno de juego. La rapidez de Miquel y Kiko también contó con la respuesta inmediata de las ambulancias y la policía, que permitieran llevar a cabo el traslado al centro hospitalario en un corto espacio de tiempo.
El desfibrilador del que dispone el club gracias a la Federació de Futbol de les Illes Balears fue decisivo para salvar a Kevin y ahora puede serlo para el diagnóstico definitivo. Todo apunta que la parada cardiorrespiratoria se produjo por algún problema congénito, pero los datos que registró el desfibrilador serán estudiados para completar las pruebas que se le están realizando.