Después granjearse en Son Moix el derecho a convivir con los grandes, el Mallorca cree que ha llegado el momento de dar un golpe a domicilio. El conjunto bermellón, que ha sido incapaz de ganar en los cinco desplazamientos que ha cubierto hasta el momento, acude este fin de semana a Valencia liberado de presión. El hecho de afrontar el partido en una teórica desventaja permite al vestuario llegar la cita sin complejos y Manzano quiere aprovecharlo. «No tenemos nada que perder», subrayaba ayer a modo de advertencia.
El entrenador mallorquinista es consciente de que el triunfo en Mestalla está por la nubes, pero no renuncia a calcar la victoria de hace dos temporadas, la única de la historia en terreno ché. «Cuando empieza el partido sólo piensas en ganar, nunca en el empate», afirma. «Después, según el desarrollo del partido, ya se valorará lo que sucede, pero lo que está claro es que el Valencia ahora mismo está arriba y necesita conservar esa plaza. En teoría, tenemos pocas opciones de ganar, pero hace dos temporada viajamos en esa misma situación y rompimos las estadísticas. ¿Por qué no podemos volver a hacerlo?», argumenta. En cualquier caso, el jienense también recuerda que el de Emery «es un serio candidato a jugar la próxima Champions por muchos motivos, no sólo por su plantilla, también por su público y la grandeza del club».
Una de las premisas básicas de Manzano es evitar los errores más recientes del grupo, sobre todo, los cometidos el domingo pasado contra el Almería. Para el técnico se trata de «encuentros distintos», pero sabe que debe recuperar la pegada de determinados futbolistas: «Intentaremos que no haya tantos jugadores como ese día sin estar a un nivel medio alto. Los once tienen que tener una concentración permanente. Si no, el Valencia nos sorprenderá».
En ese sentido, Manzano tiene muy claras las virtudes del cuadro levantino, que van más allá de la contundencia rematadora de David Villa. «Todo el ataque del Valencia es muy vertical. Todos son jugadores de una gran velocidad en la ejecución de los movimientos. Es un equipo con un desmarque de ruptura permanente, juegue quien juegue, ya sea Silva, Mata, Pablo o el propio Villa», afirma. «Cualquier sistema defensivo, si no está bien sincronizado, puede provocar que te hagan daño en cualquier momento. Para mí es una de las plantillas más importantes de España y todos tienen mucha calidad, no sólo Villa», insiste.
Manzano asegura que no tiene muy claro cómo reducir su catálogo de recursos, pero sabe que el Valencia cojea en su base de operaciones y pretende explotar esa aparente fragilidad: «Intentaremos hacer la alineación en función de las circunstancias del rival. El Valencia atraviesa un grandísimo momento, pero no tanto en casa, donde no ha obtenido grandes resultados, aunque es no impide que sea un equipo con un potencial ofensivo muy elevado y el nivel de juego que le corresponde a un grande. Tendremos que buscar propuestas para anularles e intentar hacerles daño cuando tengamos el balón si queremos poder puntuar. En el fútbol no hay lógica y pueden romperse las estadísticas. Con esa mentalidad y ese sueño viajamos».
Manzano se planteó además la posibilidad de cerrar la jornada con 23 puntos en el bolsillo: «Desde un punto de vista modesto, estaríamos más cerca del objetivo final, serían palabras mayores. Desde otro un poquito vanidoso, nos certificaría en un corto espacio de tiempo y podríamos marcarnos el objetivo de estar entre los seis primeros en esta primera vuelta, además de abrir una pequeña brecha con nuestros perseguidores».