Tolo Jaume
Cada capítulo del proceso de venta del Real Mallorca está cargado de sorpresas y el último episodio no ha sido una excepción. El guión de uno de los principales protagonistas del serial presentó ayer contradicciones que mantienen el suspense sobre las intenciones de Carlos González.
Por la mañana, su portavoz, Sergio Medina, apuntaba el deseo de concretar la operación de compra de las acciones presumiblemente el martes. Además, la hoja de ruta del responsable del Grupo Ecco contemplaba el objetivo de aumentar la cuota mallorquina en el equipo gestor de la SAD balear. Carlos González quería incluir acento isleño en el consejo de administració y aspiraba inicialmente a contar con un presidente de la Isla.
Sin embargo, por la tarde se alimentaba la ceremonia de la confusión con un desmentido del mismo portavoz, que negaba las mismas informaciones que había facilitado a los medios. Ni compra inmediata, ni mallorquines en el grupo gestor.
Carlos González, según su responsable de prensa, mantiene el período de reflexión que abrió la semana pasada y no quiere desvelar sus intenciones a la espera de que puedan producirse nuevos movimientos de los potenciales compradores que han llamado a la puerta del presidente y propietario del Real Mallorca, Mateu Alemany.
El cambio de planes se produjo en apenas unas horas de diferencia entre las versiones y se une a los cambios que ha experimentado el discurso del máximo responsable del Grupo Ecco desde que visitó las dependencias del ONO Estadi para conocer de primera mano los detalles de una operación que se está alargando en el tiempo.