Efe|BARCELONA
Ernesto Segura de Luna, presidente de la Federación Española de Baloncesto entre 1972 y 1984 y entre 1992 y 2004, falleció la pasada madrugada en Mataró (Barcelona), a los 86 años de edad. Actualmente ocupaba la presidencia de honor de la Federación, cuyo responsable, José Luis Sáez, ha lamentado la pérdida y se ha sumado «al dolor de la familia de don Ernesto, como cariñosamente era llamado por toda la familia del baloncesto español».
Segura de Luna nació en 1922 en Barcelona y era abogado de profesión. Durante sus dos mandatos en la FEB las selecciones españolas, en sus distintas categorías, conquistaron 40 medallas internacionales. Durante su larga carrera como dirigente deportivo también perteneció al Comité Olímpico Español, a la Comisión Directiva del CSD, al Comité Superior de Disciplina Deportiva y a distintos organismos de la FIBA.
La capilla ardiente con los restos mortales del fallecido quedó instalada esta tarde en el Casal de Curació de Vilassar de Mar (Barcelona). Su cuerpo será enterrado mañana en esa misma localidad.
El último contacto de Segura de Luna con los actuales dirigentes de la FEB se produjo hace apenas una semana, cuando en los minutos previos a la final olímpica de baloncesto que España disputó con Estados Unidos el presidente, José Luis Sáez le llamó por teléfono para comentar ese nuevo éxito.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB), Eduardo Portela, expresó, en nombre de esta organización, «su más profundo sentimiento de tristeza». «Es una gran pérdida», comentó Portela, que añadió que «se va un gran amigo y un gran directivo, uno de los grandes del baloncesto español».
El ViveMenorca mostró ayer su pesar y se unió al luto por el fallecimiento de Ernesto Segura de Luna, «una figura irrepetible en la historia del baloncesto español». Así, José Luis Sintes, presidente del conjunto balear, envió un sentido mensaje de pésame y se refirió a Segura de Luna como «uno de los hombres que más he hecho por el deporte de la canasta en España». «Se trata de una figura irrepetible e insustituíble que se convirtió en un ejemplo para todos los dirigentes del baloncesto español. Desde Menorca sentimos enormemente su pérdida», dijo José Luis Sintes.