La plantilla del Mallorca disfrutará de un plácido fin de semana con el que endulzar los días más tensos de la temporada. Con el campeonato de Liga congelado por los compromisos internacionales y el caso Jonás como telón de fondo, el grupo que dirige Gregorio Manzano se ha concedido una tregua y no volverá hasta el lunes a las instalaciones de la ciudad deportiva Antonio Asensio. Será entonces cuando empiece a preparar el asalto al Sánchez Pizjuán de Sevilla (el partido se disputará finalmente el sábado 24 a las 20:00 horas) con el que abrochará el primer tercio de la competición.
El Mallorca asistirá al enésimo parón del torneo en medio de una sorprendente calma deportivo que únicamente han manchado los acontecimientos que se han ido sucediendo tras los límites del terreno de juego. Aunque el equipo rojillo continúa alojado en la zona templada de la clasificación (es noveno con dieciséis puntos; a cinco de los puestos europeos y a cuatro del descenso), todas las miradas se han centrado estos días en la situación por la que atraviesa Jonás Gutiérrez después de quedarse fuera de la convocatoria para viajar a Madrid hace ahora siete días. El Galgo, que mantiene una curiosa pugna con el club por la mejora de su contrato, ha monopolizado la actualidad bermellona como protagonista de un culebrón que no beneficia en nada a ninguna de las dos partes.
La situación que se vive en torno a los despachos del ONO Estadi no es nueva. Empezó a gestarse en verano, fue cobrando forma a partir del último mes y estalló en la antesala de la pasada jornada, provocando algún que otro estrago serio. El lunes, con la guerra abierta después de que Manzano tuviera que renunciar al concurso del argentino en el Bernabéu alegando que «no le veía preparado», el padre y representante del jugador acudió a las oficinas de la entidad para pactar una tregua y aclarar los puntos estratégicos de la negociación, como la contratación del seguro que había reclamado el futbolista para proteger su futuro de una posible lesión. Aunque ambos escondieron las armas, el proceso no avanzó demasiado y el propio Jonás tuvo que salir a la palestra para apagar uno de los focos más importantes del incendio. El internacional argentino reclamó la atención de los medios (con el permiso del Mallorca, pero sin su colaboración) y subrayó que nunca se ha negado a jugar, además de que espera no ser traspasado antes del 30 de junio de 2008. Todo parecía encaminado hacia una misma dirección, hasta que Manzano, en su intento de serenar los ánimos, volvió a avivar el fuego con unas declaraciones en las que señalaba directamente al entorno de Jonás y a la prensa. Afortunadamente, las puertas de Son Bibiloni estarán cerradas hasta el lunes y con la nueva semana podría venir la tranquilidad. Aun así, Manzano dejó muy claro que la situación volvería a irritarse si seguían rodándose más capítulos del serial.