Grande desveló el pasado domingo que Guillermo Pereyra iba a renovar su contrato y, unas horas después, el argentino y el Real Mallorca escribieron el último capítulo de uno de los culebrones de la pretemporada. Según el apretón de manos entre el representante del futbolista y la dirección deportiva, el Guille defenderá la camiseta bermellona hasta el 30 de junio de 2011, es decir, sella una ampliación de contrato para las tres próximas temporadas, ya que su vinculación expiraba el 30 de junio del próximo año.
El acuerdo le permitirá a Pereyra un ligero aumento de su ficha, una de las condiciones que había fijado su hermano y representante y por la cual se estaba discutiendo desde que se iniciaron las conversaciones en los albores del verano. Después de tres reuniones, ambas partes sellaron un acuerdo, que se rubricará en breve con la firma del nuevo contrato.
Su buen rendimiento en la segunda vuelta de la pasada campaña le ha abierto de par en par las puertas de una renovación que se había puesto casi imposible hace apenas diez meses, cuando incluso fue apartado de la capitanía por Gregorio Manzano, según desveló el propio jugador hace unos días. Incluso se le facilitó una salida, si bien Pereyra optó por esperar una oportunidad, que al final le llegó y supo aprovecharla.
A sus 26 años, el Guille acumula ya cinco temporadas en la Isla y se le considera una pieza fundamental en el centro del campo mallorquinista.
Formado en la cantera de River Plate, Pereyra llegó a la Isla en el mercado invernal de la temporada 2003-04 y se estrenó en Primera División en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla de la mano de Luis Aragonés. Hasta la fecha, el pivot de Rio Cuarto ha firmado 103 partidos en la máxima categoría, anotando cinco goles, la mayoría de ellos claves para el equipo, como el que anotó hace dos campañas ante el Betis en la última jornada que desembocó en la permanencia matemática entre los grandes.
Con la renovación de Pereyra, el Mallorca se asegura la continuidad de su columna vertebral. El primero en sellar su prórroga fue el central portugués José Carlos Nunes, que renovó su compromiso al comienzo de la temporada. Una vez finiquitado el curso, el club balear ató a Ariel Ibagaza para las dos próximas campañas, convirtiéndole en la piedra angular de su proyecto en el próximo bienio. Asimismo, para rematar la línea defensa, también renovó el contrato del defensa valenciano Sergio Ballesteros.
Ahora, la dirección deportiva trabaja con intensidad para tratar de cerrar al delantero que desea el técnico de Bailén. El presidente admitió el pasado domingo en Kössen que invertiría lo que fuera necesario para cumplir con los deseos de su entrenador. En las últimas horas vuelve a sonar con fuerza el nombre del ex mallorquinista Güiza, que ha rechazado una oferta del fútbol ruso y que también figura en la agenda del Deportivo.