FERNANDO FERNÀNDEZ/MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS
ENVIADOS ESPECIALES A BCN
Sabía que era una ocasión ideal para probarse y para lanzar un
serio aviso de sus intenciones. Y no falló. Jorge Lorenzo (Fortuna
Aprilia) voló sobre el asfalto de Montmeló en la primera jornada de
entrenamientos IRTA (International Road Racing Teams Association)
dentro de la cilindrada de 250 cc y rubricó su candidatura a todo
en la temporada que arranca en poco más de tres semanas. Será en
Jerez, siguiente escala de los tests oficiales previos al Mundial,
pero Lorenzo ya ha dejado claro que este año va en serio, muy en
serio. Él y su Aprilia. Las máquinas creadas a su medida en la
factoría de Noale dieron todo un recital en el Circuit de Catalunya
y, aunque la mayor punta de velocidad fue para la Gilera de Marco
Simoncelli (270'9 km/h), las motos de Lorenzo, De Angelis, Barberá
y Smrz mostraron excelente prestaciones, pese a que fue el portador
del 48 en el carenado el que mejor provecho supo sacar en cada una
de esas curvas que cada vez domina más y en las rectas, escenario
de la vertiginosa aceleración de unas Aprilia que vuelven a lo
grande y con un papel protagonista.
Después de un largo invierno, los inquilinos de la parrilla de 250 centímetros cúbicos se reencontraban de nuevo bajo un mismo techo. El esperado pulso Aprilia"Honda, más después de la marcha de Pedrosa a MotoGP, vivía el capítulo inicial de una saga en la que los transalpinos juegan con ventaja y lo saben. Poseen mejor infraestructura y un grupo de pilotos sedientos de victorias. Y con ganas de demostrar muchas cosas. Es el caso de Lorenzo, a rebufo de Barberá y De Angelis en las primeras vueltas. Vuelta a vuelta fue rebajando sus registros para romper la barrera de los dos minutos por vuelta a las primeras de cambio. Empezaban los entrenamientos de verdad. Poco más de tres horas en las que el balear debía confirmar su acoplamiento a una moto que le puede hacer campeón del mundo. Era demasiado pronto y el colombiano Cárdenas no era oponente de entidad.
Los viejos mandan
A partir del sexto giro, los veteranos fueron adquiriendo
protagonismo. Locatelli se reivindicaba y Porto le iba cogiendo el
tono a la baja temperatura de Montmeló. Pero fue la primera parada
en boxes la que le sirvió a Jorge para corregir detalles puntuales
y en consecuencia escalar hasta el segundo puesto (1:48.983). Sólo
cuatro décimas le separaban de un De Angelis intimidado por el
portentoso rodar de Jorge. La tercera hora Se reservaba el pupilo
de Amatriaín para el tramo final. Después de dos horas de rodaje,
Montmeló realizó la selección natural de los mejores. De Angelis
(1:48.519), Barberá (1:48.872) y Lorenzo (1:48.887) se iban a jugar
el honor de ser los más veloces en la primera toma de contacto con
los oponentes, sólo Honda pues las KTM de Hiroshi Aoyama y Manuel
Poggiali protagonizaron el gran chasco del día, rodando hasta cerca
de cuatro segundos por encima del mallorquín, que aguardó a la
vuelta 36 para asestar un golpe mortal al resto. Rebajó en una
décima el registro de De Angelis y paró el crono en 1:48.411. Logró
además una de las puntas del día (267'2 kilómetros por hora), pero
sólo necesitó dos giros más para seguir superándose (1:48.151, con
punta de 267'7 km/h). Quedaba poner la puntilla en las últimas
cinco apariciones por meta. Para abrir boca, arañó medio segundo
más al reloj (1:47.758, con punta de 268'3) y se adornó en la
vuelta 49 de las 53 que dio al trazado catalán, estableciendo el
registro de 1:47.622 (con punta de 268'7 km/h y a una media de
158'12 km/h) que le permitió acabar la sesión en primera posición,
con 327 milésimas de margen respecto al sanmarinense Alex De
Angelis, y 460 sobre su compañero de equipo, Héctor Barberá, quien
pese a irse por los suelos, acabó estando entre los mejores en lo
que es una clara evidencia de que el Fortuna Aprilia es uno de los
bloques más sólidos del cuarto de litro. El checo Jakub Smrz
completaba el éxito de Aprilia, relegando al quinto puesto a Andrea
Dovizioso y al sexto al argentino Sebas Porto, ambos con Honda.
Locatelli cayó hasta el séptimo lugar, Simoncelli "el más rápido"
fue noveno y Arnaud Vincent dejó ver que muchas cosas deberán
mejorar en su Honda para poder pelearse por una plaza entre los
mejores.
Lorenzo no se quedó lejos de su propia mejor marca, la más veloz que recuerda Montmeló en 250 c.c. (1:46.220, a 160'207 km/h), pero hoy tendrá una nueva oportunidad para hacer valer su poderío sobre las dos ruedas y evidenciar que llega a la recta final de la puesta a punto con las ideas muy claras y la moto a punto para afrontar un 2.006 en el que quiere hacer historia. Y ayer dio el primer paso sobre los 4.727 metros que conforman un trazado que Lorenzo se conoce palmo a palmo.