La temporada más importante en la historia del Alcúdia se agota con un partido que les puede dar el título oficial más notable que resida en sus vitrinas. Alcúdia u Hospitalet. Los dos nuevos equipos de LEB-1 dirimen la condición de campeón de la categoría de bronce en un partido que la entidad del Nord de Mallorca ha designado de puertas abiertas, con lo que todos los aficionados que lo deseen podrán acercarse hasta el pabellón de Alcúdia (20 horas) para presenciar un choque de altos vuelos. Los catalanes no conocen la derrota en los play offs de ascenso. Pasaron el rodillo sobre Drac Inca y Ciudad de La Laguna (3-0) y se han ganado un billete para la LEB-1. En una dinámica similar se encuentra el grupo de un Eloy Doce que renovó su compromiso con la entidad por una temporada más. Los baleares sólo perdieron el primer partido ante el Pozuelo y han encadenado una racha de seis triunfos que les han llevado a la final y a dar el salto de categoría, certificando que su plantilla era una de las más solventes de la competición.
No en vano, se convirtió en la mejor defensora y en ataque estuvo entre las más regulares. Fue precisamente ante el Hospitalet, y en la última jornada de la liga regular, cuando la dinámica del Alcúdia dio el radical giro que precisaba. La directiva despedía a Fede Pozuelo y Doce asumía las riendas de un vestuario anímicamente tocado. La imagen del equipo cambió sobremanera a medida que el cruce ante el Pozuelo avanzaba y con ello recuperaba la credibilidad adquirida durante las anteriores treinta semanas tras noquear a un Burgos que frente al Celso Míguez mostró evidentes síntomas de flaqueza. Pero si el Hospitalet ha llegado hasta estos extremos es por algo. En un play off atípico -han ascendido quinto y sexto de la liga-, los de Mateo Rubio cuentan con sólidos argumentos en su vestuario. Por encima de todos, sobresale el nombre de Thomas Terrel. El pívot estadounidense fue una pesadilla para el Inca y es la referencia bajo los tableros, un motivo de especial atención para Eloy Doce y sus jugadores interiores.
Un viejo conocido del Drac Inca, Xavi Puyada, es el director de juego de los catalanes. Experiencia y juventud en la posición de uno, teniendo como complemento a Juan Antonio Jobacho, una de las joyas de la cantera azulgrana que no ha tenido la ocasión de poder dar el salto a la ACB. En el perímetro, el ex Menorca Alex Formento es otra de las piezas claves de Rubio, un técnico que con 27 años ha sellado un éxito deportivo a alcance de pocos entrenadores a su edad. Con todo ello, el interés del partido es máximo, más cuando supondrá la despedida de buena parte de la plantilla de un Alcúdia que desde el lunes comenzará a mirar hacia el futuro y a sentar las bases del nuevo proyecto en una LEB-1 que se ha ganado en la pista. La puntilla puede llegar con la última victoria del curso. Doce no ha bajado la guardia, y el club tiene claro que quiere el título. Se ha cubierto el primer objetivo, pero la mejor manera de rubricar un curso inolvidable pasa por vencer al Hospitalet. Los Mena, Riveiro, Blair o Nuno, elementales para entender el ascenso de categoría, deben asumir una vez más el liderato de un plantel al completo, al que las lesiones han respetado en el tramo más determinante de una temporada que agota sus últimos minutos oficiales. Alcúdia vivirá la última gran fiesta de la temporada, el colofón a un proyecto que da un paso al frente en sus aspiraciones ACB y pretende entrar en el selecto libro de honor que conforman, entre otros, Llobregat o Bilbao. La trayectoria de los vascos es la referencia para una entidad cuyas aspiraciones no tienen límite.