En plena cuenta atrás para el inicio del definitivo asalto a la LEB, el Alcúdia ya conoce a la perfección los puntos débiles de su último obstáculo, el Burgos. Reforzados tras deshacerse por la vía rápida del Pozuelo, los de Eloy Doce han recuperado sus mejores sensaciones ofensivas y la defensa va a ser una de las armas que esgriman a partir del viernes frente al conjunto de Oliete.
Eloy Doce fue testigo directo del último partido de la serie entre Burgos y Celso Míguez y ya pudo extraer sus propias conclusiones. El técnico ha salido reforzado tras el primer cruce y el vestuario está a muerte con su pizarra. Su entrada en el vestuario ha cambiado la actitud de algunos jugadores y el bloque lo ha notado. Juega como sabe y es difícil pararles.
Las lesiones son en gran hándicap que Oliete y los suyos van a tener. El factor pista es su gran argumento, pero las ausencias de Àlex Franco y Albano Martínez han mermado las rotaciones exteriores. Ahí es donde Tony Smith asume el mando, pero a sus 35 años, debe dosificarse. Marío Díez le cubre las espaldas, pero en ese aspecto, el Alcúdia juega con ventaja, más tras la llegada de Pedro Nuno y teniendo en cuenta que Raúl Mena está en el mejor momento del curso. Aguantar a Smith y desgastarle de cara a un cruce largo será uno de los puntos sobre los que incidir con más fuerza. El agotamiento amenaza a los castellanos.
Físicamente, el Burgos está justo de fuerzas. Si la serie es intenta, como quiere plantearla el Alcúdia, los mallorquines tendrán ventaja. Fundir a la defensa burgalesa puede acabar por facilitar la labor. En el quinto partido, los fallos del Celso Míguez impidieron la sorpresa, pero el cansancio físico y mental y el disponer de menos días para recuperarse que el Alcúdia debe ser aprovechado.
Las rotaciones inclinan la balanza del costado del Alcúdia. En el perímetro, no hay color y más si Israel Pampín tiene el día. Pero en la pintura se vivirán una serie de pulsos en los que el componente atlético de Robert Joseph, la clase de Jason Blair y el espíritu combativo de Camilo Riveiro, Iker López o Fran Pérez pueden ser definitivos para seguir soñando con el ascenso a LEB-1.
El factor pista habla en favor del Burgos, pero el Celso Míguez se permitió la licencia de silenciar El Plantío. ¿Por qué no puede hacerlo el Alcúdia? Un triunfo traspasaría la iniciativa a los mallorquines y no es descabellado pensar en que puede llegar. Es más, Doce piensa que se pueden llevar los dos choques. ¿Difícil? Sí, pero no imposible viendo las dinámicas que ambos conjuntos han firmado en las últimas semanas. Lo que tiene claro el club balear es que su cancha debe ser una olla a presión. Entonces, parece bastante complicado que las victorias se escapen de la capital del Nord de Mallorca.
Beeson preocupa. Estuvo muy fino en el último partido frente al Celso Míguez y su frescura en comparación con el resto del equipo le convierte en la gran amenaza. Pero nadie se puede fiar del Burgos. Pese a haber evidenciado síntomas de flaqueza, posee potencial y técnico como para justificar su presencia entre los dos mejores. Pero antes, deberán pasar por encima de un Alcúdia que aguarda con ansiedad el primer partido.
Tener 13 días para preparar las semifinales es un arma de doble filo. Por una parte, ha servido a Doce y los suyos para tomar oxígeno y recuperar energías, pero también ha frenado en seco a un equipo con la cabeza caliente.