El incomparable marco de Cala Sant Vicenç fue ayer la tercera escala del Campeonato de Balears de Trial, una especialidad que saca el máximo partido del abrupto terreno sobre el que el Grup Trial Pollença reunió a un amplio número de pilotos que disfrutaron al máximo de los recorridos diseñados. Después de las pruebas celebradas en Maria de la Salut y Formentera, el Trial de Cala Sant Vicenç cumplió con las expectativas. En las diferentes zonas, la intensidad de este deporte y las ganas de los pilotos fueron varias de las constantes. Ya en lo que a la competición respecta, Bartolomé Coll fue el vencedor en la categoría Open, con cuatro puntos en su haber. Joan Morey, con nueve, se hizo con la segunda plaza, mientras que Jaume Llompart -con 12 puntos- alcanzó el último peldaño del cajón.
Antonio Rigo fue el gran protagonista en Veteranos B, aunque tuvo que emplearse a fondo para imponerse a Julià Panadés. Sólo siete puntos les separaron -diecisiete por veinticuatro-, lo que hizo más intenso el duelo. Lluís Llinàs fue el tercero en discordia, pero también tuvo cerca a su predecesor, haciendo más interesante un pulso por la supremacía. Las diferencias resultaron más ostensibles en la categoría Open 125 centímetros cúbicos. La pericia mostrada por Josep Seguí y los 18 puntos que totalizó tras su concurso le coronaron como vencedor de la prueba, con el permiso de un Bartolomé Llompart que con 27 puntos alcanzó el segundo lugar. Más lejos, con 45 puntos en su casillero, cabía encontrar a Jaime Bennàssar.
Las grandes emociones las deparaba la categoría Sénior, en la que hubo un nombre propio por encima del resto. Gabi Tomás impuso su ley en una nueva ocasión, distanciando a su rival más inmediato. Tomás sumó 24 puntos en su participación, con lo que Guillem Soler, el segundo ayer en Cala Sant Vicenç, rubricó sus opciones con una brillante actuación, aunque lejos de igualar el recital de Tomás, que marcó las distancias respecto a sus rivales. José María Segura acarició el segundo lugar (54 puntos), pero desde el principio todo hacía pensar que el pulso por la victoria estaba entre Tomás y Soler, los dos dominadores de la especialidad.