La Juventus, ayudada por la inesperada derrota del Milán ante el Bolonia (0-1), logró una ventaja de ocho puntos al frente de la Liga italiana, en un fin de semana en el que el Bayern Múnich se quedó sin munición y no aprovechó más que a medias la primera derrota del Schalke como visitante, con Ralf Rangnick en el banquillo. No ha podido ser más fructífero el mes de enero para la Juventus, que comenzó con un empate en Parma que redujo a dos puntos su ventaja sobre el Milán y lo concluye con una renta de ocho con la que presionar al equipo de Carlo Ancelotti.
La Juventus aprovechó el regalo y se impuso con claridad en Bérgamo, al Atalanta (1-2), quien le había eliminado en la Copa de Italia. El «pollo» Olivera adelantó a la Juventus, en el minuto 23, y un penalti cometido sobre el ítalo-argentino Mauro Camoranesi, transformado por Alessandro del Piero, aumentó la ventaja del equipo de Capello, diez minutos después. Pese a que el francés Liliam Thuram, con un gol en propia meta, dio alguna esperanza al Atalanta, el líder italiano no pasó excesivos apuros para asegurarse la victoria.
En Alemania, el Bayern concluyó la decimonovena jornada con un sabor agridulce. Es líder en solitario, pero desperdició una buena ocasión para despegarse de sus perseguidores. El sábado, el Schalke sufrió su primera derrota como visitante desde que, en octubre, Ralf Rangnick sustituyó a Juup Heynckes. Al Bayern se le ofrecía la oportunidad de distanciar en tres puntos a su máximo rival, pero en Berlín, le falló la munición. Del enfrentamiento entre la mejor defensa (Hertha, 17 goles en contra) y el mejor ataque (Bayern, 36 a favor) salió victoriosa la zaga berlinesa, que frenó las acometidas del holandés Roy Makaay y del peruano Claudio Pizarro tras el descanso. En Inglaterra, el Chelsea, como la víspera hicieron el Manchester y el Arsenal, se clasificó hoy para la quinta ronda de la Copa y mantiene sus opciones en los cuatro torneos que disputa.