Fernando Fernández|ATENAS
Cuatro años
después, Carlos Moyà tiene la oportunidad de sacarse la espina en
unos Juegos Olímpicos. Sus largas lesiones le apartaron de la cita
de Sidney, pero ahora quiere resarcirse y busca una medalla en el
torneo de tenis individual. El mallorquín, cabeza de serie número
tres, abre el programa de la primera jornada estelar en la pista
central. Lo hará a las nueve de la mañana, hora española, y ante el
sueco Thomas Enqvist, un clásico del circuito que quiere ponerle
las cosas difíciles a uno de los mejores jugadores del momento.
Moyà llega a los Juegos cargado de moral y con el cartel de gran
esperanza del tenis español. Ha recuperado el liderazgo del equipo
español y pretende engordar un palmarés excelente con un oro
olímpico, aunque el primer paso debe darse ante el
escandinavo.
Enqvisto no posee una hoja de servicios cargada de trofeos, pero su
regularidad le vale ser uno de esos jugadores peligrosos. Su mejor
resultado se remonta al año 2000, cuando se impuso en el Masters
Series de Cincinnati, además de ganar en Basilea. En los Juegos de
Sidney, fue semifinalista en dobles, mientras que en 2001 alcanzó
las semifinales en Wimbledon.
Su corpulencia y su potente golpe son los argumentos que Enqvist deberá esgrimir frente a un Carlos Moyà que jugará por partida doble, pues a última hora de la tarde disputará el doble en compañía de Rafael Nadal. Pero la competición individual es algo que se toma muy en serio, y en ella se ha centrado durante su última fase de preparación de los Juegos Olímpicos. En la temporada estadounidense ha brillado, y la regularidad que ha mostrado desde el inicio de la temporada le ha llevado a consolidarse como uno de los mejores tenistas del momento. Por ello, su presencia en la pugna por las medallas resulta inevitable.