Efe|GUIMARAES
La selección española completó ayer por la tarde el primer
entrenamiento en Portugal, donde ha comenzado la recta final de su
preparación para la Eurocopa con una sesión intensa. Manuel Delgado
Meco, preparador físico, e Iñaki Sáez, seleccionador, diseñaron un
plan de trabajo variado, distraído y fatigoso a la postre. Delgado
Meco dirigió la primera mitad de la sesión, que tuvo lugar en el
campo de fútbol que tiene en el hotel da Falperra y que consistió
en una variada gama de ejercicios físicos, muchos de ellos con el
balón como protagonista. Sáez distribuyó más tarde a los
futbolistas de campo en cuatro equipos, que disputaron dos
partidillos a lo ancho del terreno mientras que los tres
guardametas, Iker Casillas, Santiago Cañizares y Dani Aranzubía,
trabajaron a parte con Pedro Jaro y José Manuel Otxotorena.
Los partidillos se jugaban a un máximo de dos toques con porterías pequeñas y sin porteros. Fueron exigentes para todos los jugadores, que se los tomaron con un gran ardor, incluido el valencianista Vicente Rodríguez, quien se quedó fuera del equipo que jugó contra Andorra el sábado por precaución debido a sus problemas musculares pero que de no ocurrir nada raro estará en condiciones para el estreno de España en la Eurocopa. Aparecieron los lógicos piques y bromas, y hasta discusiones con el seleccionador sobre el mecanismo de la resolución de los encuentros. Uno de ellos, el que enfrentó a un conjunto formado por Raúl, Helguera, Puyol, Baraja y Etxeberría contra César, Raúl Bravo, Luque, Joaquín y Albelda, se resolvió incluso en una tanda de penaltis (dos lanzamientos por jugador) sobre los porteros que ganó al final el grupo del capitán de la selección. Los 23 convocados tuvieron por la mañana sesión de baño y masaje tras llegar el domingo por la tarde-noche a su «cuartel general» en la sierra entre Guimaraes y Braga.
Por su parte, el andaluz Carlos Marchena, defensa central del Valencia, rechazó ayer que se le considerase titular indiscutible para la zaga de España en la Eurocopa de Portugal 2004. El jugador nacido en Las Cabezas de San Juan el 31 de julio de 1979 e internacional en quince ocasiones, aseguró que dada la competencia que hay en el grupo convocado por Iñaki Sáez «hay que estar muy pendiente, muy preparado y poner los cinco sentidos en los entrenamientos». Marchena fue ayer uno de los centros de atención para la prensa lusa, quien le recordó insistentemente su paso por el Benfica antes de recalar en el Valencia. El andaluz, quien dejó escapar alguna que otra frase en portugués y que reconoció que guarda «mucho cariño a la gente», opinó que la selección anfitriona es la favorita del grupo A «porque tiene muy buen equipo, jugadores de mucha calidad y está en su casa». Para el valencianista el hecho de que España le ganase recientemente en un amistoso por 0-3 en Guimaraes no significa nada. «Los partidos amistosos no tienen nada que ver con los oficiales en un torneo como este», dijo. «Sería muy bonito poder disputar ambos equipos la final, pero ahora mismo queda mucho y no hay que hablar de alto tan lejano», indicó. «Hay que decir que estamos en un grupo muy competitivo y puede pasar todo el mundo. Lo hará el que acierte y tenga más suerte en los momentos clave», apuntó Marchena, quien sueña con poner un broche de oro a la gran temporada en la que ha conseguido los títulos de Liga y de la Copa de la UEFA. «En el Valencia he llevado un año muy bueno, y por qué no va a seguir aquí la tónica», indicó el futbolista andaluz, para el que el traslado a Portugal significa que «empieza la verdadera concentración».