C.M.O.
Luis Aragonés mantiene su discurso. El entrenador del Real Mallorca
negó ayer que hubiera exigido dos millones de euros por continuar
en el banquillo isleño aunque «ese ha podido ser mi caché en otras
ocasiones». En declaraciones a RNE, el técnico madrileño subrayó
que «ambas partes nos conocemos perfectamente y tenemos la
confianza necesaria como para hablar con claridad. Yo dije que el
aspecto económico no era prioritario, que había otras cuestiones
que debíamos abordar en materia deportiva, pero parece que sí que
lo es, por lo visto y leído en los últimos días». Luis, asimismo,
negó que hubiera criticado al secretario técnico, Pep Bonet, en el
transcurso de la rueda de prensa celebrada el pasado viernes en la
Ciudad Deportiva: «Yo no dije que esta temporada hubiera realizado
funciones que le correspondían a la secretaría técnica. Lo que sí
recalqué fue la necesidad de delimitar funciones, de clarificar los
temas de cada parcela».
Aragonés recalcó que su intención es la de continuar en la isla: «Yo quiero seguir porque mi mujer está muy a gusto aquí y porque a mí también me apetece seguir con el proyecto», aunque admitió que «en una negociación puede pasar cualquier cosa. Yo tengo la sensación de que continuaré, pero insisto en que no sé qué sucederá». El representante del entrenador madrileño, Pepe Navarro, se reunirá hoy con el presidente del Mallorca, Mateo Alemany, para tratar de acercar unas posturas que, hoy por hoy, se encuentran bastantes distanciadas, tal y como reconoció ayer el presidente de la entidad.
Al respecto de esas diferencias económicas, Luis Aragonés indicó que «mi representante es el que negocia porque a mí nunca me ha gustado hablar de dinero con el presidente, no nos sentimos cómodos, aunque después la última palabra es la mía y si tengo que intervenir lo voy a hacer». El técnico de Hortaleza también recordó que cuando aceptó la oferta mallorquina tras la destitución de Jaime Pacheco «ya hice un esfuerzo en el plano económico. En esta ocasión, si las diferencias son notables, pues tendremos que ceder ambas partes». El entrenador del Mallorca no quiere que su renovación se convierta en un culebrón y espera que se pueda solucionar en los próximos días: «Me gustaría zanjar este tema lo antes posible porque yo dejaré la isla en cuestión de días por una cuestión personal. No quiero que las negociaciones se conviertan en un culebrón porque no sería bueno ni para mí ni para el club».