DRAC INCA | 76 |
GIJÓN | 81 |
DRAC INCA (19+11+17+29): Matías Ibarra (11), Sergio Rodríguez (15), Javier Bulfoni (15), Jesse Young (7) y Nechi Ezugwu (12) -quinteto inicial-. También jugaron Alberto Alzamora (4) y Antonio Bustamante (4).
22 de 52 en tiros de dos; 5 de 12 en tiros de tres y 17 de 30 en tiros libres. 33 rebotes (22 defensivos y 11 ofensivos). 24 faltas cometidas.
GIJÓN (25+20+14+22): Prickett (2), Vallmajó (20), Pacreu (17), Panadero (8) e Iturbe (4) -quinteto inicial-. También jugaron Widemann (19), Blanco (9) y Suárez (2).
19 de 38 en tiros de dos; 8 de 17 en tiros de tres y 19 de 25 en tiros libres. 30 rebotes (24 defensivos y 6 ofensivos). 26 faltas cometidas.
Àrbitros: Pagan Baró y Munar. Eliminaron a Johnson, Panadero e Iturbe. Señalaron una falta antideportiva a Sergio Rodríguez y una técnica al entrenador del Drac Inca, Xavi Sastre.
Fernando Fernández
El Drac Inca dio forma a su actuación paupérrima del curso y acabó pagando su prepotencia ante de los conjuntos que militan en «su» Liga. El Gijón impuso sus credenciales en el Palau frente al desarbolado conjunto mallorquín, que entra así en una peligrosa dinámica de la que va a costar mucho trabajo desprenderse (76-81). El cuadro balear empezó el encuentro muy acertado y dispuso de una suculenta ventaja inicial que le llevó a acumular siete puntos a su favor (7-0) para asombro visitante. Fue en ese momento donde empezó a gestarse su tremenda caída porque comenzó también a encajar sus primeros errores que le llevaron a otorgar la batuta del encuentro al plantel asturiano.
Un parcial de 0-11 activó a los de Fernández, que de inmediato se colocaron con un 11-13 favorable a sus intereses y alertaban de lo que se cernía sobre la cancha del Palau. Las faltas debilitaron en exceso las virtudes del equipo gualdinegro que en ese instante contaba con las dos personales de Bulfoni, Ezugwu y Matías Ibarra. Casi maniatado, el Inca dio por zanjado el primer cuarto de partido con una desventaja de siete puntos. Dos triples de Pacreu y otro de Blanco trastocaron más aún los planes isleños y el Gijón marcaba distancias: 25-33.
Antideportiva
Los problemas se hacían evidentes a medida que el reloj seguía descontando minutos, pero el temporal no amainaba. Por si no fuera poco, los colegiados del encuentros decretaban una antideportiva sobre el local Sergio Rodríguez (minuto 17), que vino acompañada de una técnica sobre la figura del entrenador inquense. Blanco fue el encargado de poner tierra de por medio y tras convertir sus cuatro lanzamientos estableció un rotundo 26-43 que brillaba con intensidad en el electrónico del Palau. Los números hablan por sí solos y en ellos se recogen algunas razones del fracaso: del minuto 13 al 18, el cuadro de Es Raiguer recibió un parcial de 1-18 que hacia imposible cualquier posible intento de remontada.
Ya en el tercer cuarto de la confrontación, el Gijón se cargó de faltas cuando Pricket, Iturbe y Panadero eran castigados con su cuarta personal. Eso no aceleró la propuesta inquense que no dejaba de arrojar lagunas. El Drac se mostró muy nervioso por todo lo que le rodeaba y el conjunto asturiano se limitó a defender su renta ya hacerla valer. Eso condujo a una reacción estéril de los mallorquines, que a falta de cinco minutos ya no pudieron bajar de una diferencia mínima de ocho puntos en contra (68-76).
Los minutos siguientes fueron un auténtico cúmulo de despropósitos que no favoreció en nada la vuelta de tuerca que pretendían dar la escuadra gualdinegra. El cuadro balear volvió a torcer el brazo en lo que se confirmó como el peor choque de la temporada hasta el momento. A partir de ahora el Drac Inca deberá librar un batalla para evitar los puestos más bajos de la clasificación y el futuro no es precisamente alentador. Los próximos compromisos le cruzarán ante entidades de la talla de Plasencia o Bilbao Basket, que aspiran a cotas más altas, y su misión consistirá en buscar una victoria que se prevé difícil.