Albert Orfila|COPENHAGUE
Josep Pons no es un aficionado más. Por una simple cuestión
geográfica, apenas acude a Son Moix y las noticias de su equipo
llegan siempre a través del satélite. Instalado desde hace años en
Copenhague, el embajador de España en Dinarca recibió ayer con
todos los honores a la amplia delegación del Mallorca. En el número
32 de la calle Kastelsrrey, Pons anunció al consejo de
administración de la SAD balear su inminente regreso a Madrid
-dentro de dos semanas, aproximadamente- y expresó públicamente su
satisfacción por un hecho singular: la recepción al Mallorca fue
probablemente su último servicio en la capital danesa.
Emocionado por el reencuentro. Pons achacó su constante reencuentro con el «equipo de mi vida» a una inexplicable cuestión matemática. Durante el verano del 96 se encontró con el Mallorca en La Haya, la anterior plaza de diplomático. La escuadra balear, dirigira en aquel momento por Víctor Muñoz había escogido Holanda para realizar la pretemporada. Unos meses después, el Mallorca certificaba en Vallecas su regreso a Primera División. Hace cuatro años y con el equipo inmerso en plena aventura europea -Copa de la UEFA-, Pons derrochaba entusiasmo en Amsterdam. No era para menos, el Mallorca se había convertido en el primer equipo español que batía al Ajax en el mítico Amsterdam Arena gracias a un estupendo gol de Diego Tristán.
Josep Pons, que recibió a la plana mayor del club acompañado de su esposa, consideró particular todo este cúmulo de circunstancias. En su emotivo discurso aseguró uno de los principales recuerdos de la infancia le lleva hasta el viejo Es Fortí, «donde cruzaba la puerta para ir el fútbol de la mano de mi padre».
El presidente Mateo Alemany sólo tuvo palabras de agradecimiento para este aficionado casi invisible, al que le gusta que le llamen «embajador del Mallorca». El presidente, que agasajó al embajador con un camiseta del equipo bermellón con el dorsal número 12 y su nombre a la espalda (J.Pons), festejó también el reencuentro y el hecho de que «esta recepción pueda hacerse en mallorquín».