La candidatura de Palma en vistas a albergar la Copa América 2006/07 empieza a sembrar serias dudas entre los especialistas. La falta de información sobre el devenir del proyecto y el impulso que han tomado las restantes aspirantes han hecho que la opción mallorquina pierda peso en beneficio de las restantes candidatas a recibir uno de los mayores y más rentables acontecimientos deportivos de todo el planeta. El nerviosismo ha invadido múltiples esferas náuticas, que critican la falta de un apoyo firme por parte de las instituciones a la hora de presentar un proyecto económico que convenza a Ernesto Bertarelli y los selectivos miembros del sindicato suizo «Alinghi», defensor de la Copa América.
Algunas personas directamente vinculadas al mundo de la vela se sorprenden al no haberse realizado aún alguna visita institucional a Ginebra, sede del sindicato. Ésta ha sido la estrategia utilizada por algunas de las candidatas, que han desarrollado la negociación de los puntos económicos al margen del ámbito del club responsable del respectivo proyecto. Los entendidos destacan que el soporte de las instituciones -refiriéndose en este caso al Govern, Consell, Ajuntament de Palma y Autoritat Portuària- no tiene que ser moral, sino que en el punto de las compensaciones económicas para los suizos debe ser incondicional.
Según las fuentes consultadas por esta redacción, la negociación económica es un aspecto que se aleja del ámbito de Jaime Enseñat y el Real Club Náutico de Palma, que han cumplido hasta el momento todos los pasos establecidos por parte del sindicato helvético. Este aspecto debe ser dirigido de forma directa por las instituciones, que deben nombrar a una persona o un grupo que dirija las gestiones en primera persona.