La progresión que en los últimos años ha experimentado el squash balear no va en sintonía con el apoyo de las instituciones. Hasta el momento, Consell y Govern han aportado su granito de arena a la expansión de este deporte, aunque el hecho de no ser olímpico se ha convertido en un hándicap.
Una serie de brillantes resultados en los últimos tiempos avalan el trabajo de la Federación Balear. El organismo presidido por Juan Carlos Balaguer tuvo una de sus principales alegrías el pasado diciembre, cuando se obtuvo el título nacional por equipos. Antonio Autonell, Emilio Autonell, Salvador Miró, David Vidal, Pablo Doiztúa y Tomeu Llompart derrotaban a Euskadi en la gran final disputada en el Sato Sport de Sevilla. En categorías inferiores, Zahira Font, Sebastià Munar y Miguel Àngel Vázquez aseguran el relevo generacional.
Pero todos estos hitos, unidos a la inclusión del Circuito Balear Júnior, el I Trofeu Consell de Mallorca y el primer Campeonato de Balears femenino, no ayudan a paliar el déficit de unos deportistas que deben echar mano de su bolsillo para seguir año tras año entre la élite nacional.