Las fuertes corrientes frenaron en seco el nuevo desafío de Xavi Torres. El campeonísimo mallorquín se propuso cruzar a nado los veintidós kilómetros que separan Cabrera de la playa de Sa Ràpita, pero los elementos pudieron con el empeño de Xavi y todo su equipo, que a primera hora de la mañana salían del pequeño puerto del subarchipiélago rumbo hacia Mallorca. En un principio, todo apuntaba a un favorable desenlace, pero a medida que iba avanzando la prueba, las corrientes hicieron cambiar los planes.
«Pepote» Ballester, director técnico de la travesía, estudiaba rutas alternativas a la par que se estudiaban las corrientes. Xavi Torres seguía luchando contra la fuerza del mar, pero sus intentos por avanzar no hallaban recompensa. Buena muestra de la dureza de las condiciones era ver cómo las lanchas funcionaban a su máximo rendimiento y apenas podían avanzar. De esta forma, y con lágrimas en los ojos, cuando se llevaban poco más de cuatro horas de competición, Xavi optó por abandonar y aplazar para una nueva ocasión este complicado desafío.
Una vez en tierra, el campeón mundial y paralímpico recibió el apoyo de centenares de personas que se congregaron en la playa de Sa Ràpita para acompañar y arropar a Xavi Torres.