F. Fernández
La Diada Anual Alfonsina sirvió para hacer memoria y generar cierta
discordia entre los miembros de la ahora conocida como Hermandad de
Alfonsinos. El encuentro dio inicio con una misa en Ses Teresetes,
a la que siguió la que debía ser al asamblea general constituyente.
A la conclusión, no se aprobaron los nuevos estatutos, que tampoco
se votaron, de la misma manera que el cambio de nombre -la
asociación era conocida hasta hace un tiempo como Antiguos
Alfonsinos- y del escudo, tampoco fueron sometidos a consulta.
Al margen, se decidió ofrecer la Presidencia de Honor al Rey Juan Carlos I, nieto de Alfonso XIII, en cuyo honor se bautizó a la entidad, en la que también tuvo hueco el segundo equipo del Alfonso, el Victoria Eugenia.
Por contra, se ratificó a la junta directiva inicial ante la presencia de casi dos centenares de asistentes en Es Molí d'es Comte.
Por otra parte, se rindió un sentido homenaje a personas que han formado parte indiscutible de la historia del Alfonso XIII y en consecuencia del Real Mallorca. Jaume Rosselló «Kendo», extremo derecho de aquel equipo y uno de los dos supervivientes del mismo, fue objeto de un emotivo reconocimiento. Tomeu Abad, el otro representante del Alfonso, no pudo asistir al acto, pero se le tuvo presente.A la par, el señor Caubet, último socio de la Hermandad de Antiguos Alfonsinos, fundador, tesorero y vicepresidente recién fallecido también tuvo un lugar destacado en el encuentro. También se hizo público un homenaje póstumo a Miquel Caldentey Salaverri «Calet», presidente y fundador de la Hermandad de Antiguos Alfonsinos.
La junta directiva de la Hermandad de Alfonsinos está presidida por José Buades, con Guillem Oliver y Juan Mas como vicepresidentes de la misma. Francisco Llabrés y Luis Juan Palmer ejercen de secretario y tesorero, respectivamente, completando la junta seis vocales.