Racing Club es sinónimo de modestia, pero también de fe. Nunca un equipo con un presupuesto tan raspado "apenas 22 millones de euros" y un entrenador tan desconocido para el gran circo como Manuel Preciado, ha sido capaz de firmar un inicio de campeonato tan atrevido.
Ganar en A Coruña, fulminar al Real Madrid y zarandear al Barça le ha permitido a los cántabros granjearse un respeto en una Liga que le había recibido con recelo. A su condición de recién ascendido se le unía que apenas había confeccionado un grupo de garantías, hasta que aparecieron Munitis, Diego Alonso y Pablo Lago. Eso, ha disparado sus expectativas.
El Mallorca se encontrará con un conjunto impenetrable en el Sardinero. Preciado ha conseguido un equilibrio casi perfecto; ha forrado la zaga con mucha experiencia (Sietes o Neru) y el centro del campo destila dinamismo y trabajo. El brasileño Messías, Morán y Nafti "que causa baja por sanción" son los encargados de conducir el balón hasta los dominios de Javi Guerrero y Munitis, los dos depredadores del conjunto albinegro. La figura de estos dos delanteros es asociable a la que tienen Etoo y Pandiani en el Mallorca, ese tipo de futbolistas capaces de desnudar un partido en cualquier momento.