Quince años han tenido que pasar para que más de un mallorquín formara parte del gran grupo de profesionales que disputa la Vuelta a España. En el ya lejano año 1987, el conjunto Dormilón, capitaneado entonces por el actual director de Toni Colom en el Relax-Fuenlabrada, Maximino Pérez, apostó fuerte por el ciclismo de la Isla y enroló en sus filas a dos profesionales mallorquines. Jaume Salvà y Joan Gomila conformaban la modesta delegación. Gomila debutaba en la ronda española, mientras que Salvà afrontaba su tercer desafío en la carrera de tres semanas.
Dos ediciones antes, Jaume Salvà fue protagonista de uno de los mayores sustos que jamás ha dado la prueba. En la cuarta etapa de la Vuelta'85, que discurría por tierras gallegas, un pastor alemán se cruzó en su camino y una fortísima caída casi le quita la vida al de Lluchmajor. Por fortuna, el actual seleccionador balear de carretera pudo contarlo y vivir junto a Gomila una experiencia que marcó un punto y seguido en el devenir de nuestro ciclismo.
A día de hoy, ambos siguen viviendo el mundo del pedal en primera persona, y no dudan en apostar por Horrach, Tauler y Colom, los encargados que asumir su relevo. «Tienen futuro, se dejan ver y son suficientemente ambiciosos como para lograr algo importante», comentan, a la par que destacan que «ganar una etapa sería muy importante, más que nada para despertar a ese seguidor que aún no es consciente de los nuevos aires que corren».