Mientras Luis Aragonés sigue tensando la cuerda y demora su respuesta al Real Mallorca en torno a su posible renovación, en el club, de momento, se sigue a la espera pero no están de brazos cruzados. Además de planificar la próxima temporada, siguen muy pendientes de los movimientos que está llevando a cabo el técnico de Hortaleza. La balanza de pros y contras se está desnivelando debido a la actitud que mantiene el técnico, una actitud que no gusta ya que se interpreta que Luis está esperando una oportunidad para dar el salto a uno de los grandes de la Liga.
Entre la entidad y el entrenador apenas hay comunicación y el técnico permanece aislado sin apenas dar señales de vida. El de Hortaleza tiene cosas positivas: la clasificación, su experiencia, el manejo del vestuario. Otras como el apartado físico, aunque también ahí hay un punto a analizar, y es que el equipo sólo ha jugado una competición. También supo heredar unos jugadores y un sistema implantado por Cúper, empleado también por Vázquez y en el que Aragonés ha incluido pocas variaciones.
Pero también tiene aspectos negativos que no gustan y que será necesario que cambien de cara a la próxima campaña. De entrada fichará el club y no el técnico. Finidi vino de la mano de Luis y ha resultado todo un fiasco. El club quiere que se le dé más protagonismo a los jugadores del filial. Este año sólo Novo se ha consolidado mientras que otros como Riera o Robles apenas han gozado de oportunidades.
No es un entrenador de club propiamente dicho. Está empecinado en seguir confiando con el nigeriano antes que echar mano del cordobés Alvaro, todo un diamante en bruto. Su silencio aumenta las especulaciones y todo indica que está a la espera de recibir una oferta en firme de un grande como el Valencia, Deportivo o el propio Atlético, sin descartar la Selección Española.