Atada la quinta posición y fijado el punto de mira en el Granada, Drac Inca echará el cierre a la fase regular despojado de cualquier tipo de presión y consciente de que lo que ocurra esta noche en Murcia carece de grandes efectos secundarios. El grupo balear, en apenas tres días, se ha sacudido todos los interrogantes que nublaban su futuro y ha acabado dando forma al mejor balance que anida en su historia.
Y el premio ha sido doble: ha esquivado a las tres grandes potencias de la LEB (León, Manresa y Caprabo Lleida) y en cuartos de final se cruzará con el Granada, el equipo que todos querían. La única duda está en saber es quien tendrá el factor pista. Es algo que quedará resuelto esta noche, aunque en el seno de la plantilla no preocupa en exceso. De hecho, algunos de los jugadores más importantes han expresado abiertamente sus preferencias por abrir la eliminatoria al mejor de cinco partidos lejos del Palau, aunque si hay que hacerlo en casa tampoco pasa nada.
En Murcia, la cuenta atrás ha adoptado un cariz muy distinto. El equipo de Pepe Rodríguez se juega toda la temporada en este partido y su acceso a los playoff está íntimamente ligado a un éxito ante los mallorquines. El cuadro balear llegó ayer por la tarde a Murcia y quedó concentrado en un céntrico hotel de la ciudad. El presidente Sebastià Penya y el directivo Joan Reverte, se desplazaron con el equipo.
Tres plazas para cinco equipos, ¿quién
sobra?
La situación del Drac Inca es un lujo al alcance de un grupo muy
reducido. Equipos con presupuestos importantes y pasado ACB,
afrontan la última jornada de la fase regular con el cuchillo entre
los dientes y con demasiados cabos sueltos. De hecho, a excepción
de León -el viernes se aseguró el primer puesto-, Manresa, Lleida,
Granada y el propio Inca, cinco equipos pugnarán por tres plazas.
Algunos dependen de su baloncesto y otros deberán ganar y además
esperar que la suerte les sonría en otras canchas.