Un informe policial elaborado por el MIP-D del Cuerpo Nacional de Policía en relación a los hechos ocurridos en las dependencias del Comité Balear de Àrbitros de la Federación Balear de Fútbol "a mediados de febrero pasado" donde personas desconocidas causaron daños materiales en dichas dependencias, vertiendo en el interior de una de las oficinas basura y toda clase de desperdicios, ha sido remitido a la autoridad judicial correspondiente.
Más de diez personas relacionadas con el Comité de Arbitros han sido citadas a declarar sobre tales extremos, según informó el Gabinete de Prensa del CNP. Las acusaciones apuntaban directamente a dos personas que, después de prestar declaración, han quedado libres de cargos hasta el momento ya que, aunque según se especifica en el informe pudieron oír comentarios en torno a una serie de conversaciones realizadas a través de teléfonos móviles con anterioridad y que hacían mención a los hechos acaecidos posteriormente, todas las personas que han comparecido en las dependencias policiales negaron cualquier participación en los mismos.
El informe policial, en sus conclusiones preliminares hace constar que todo ello pudiera deberse a una venganza personal de alguno de los miembros del Comité de Àrbitros, haciendo que las sospechas recaigan sobre un tercero ajeno a los hechos.
El Comité Balear de Àrbitros amanecía el pasado 15 de febrero lleno de excrementos. El despacho de José Domènech Riera, presidente del colectivo arbitral, se encontraba repleto de desperdicios y el mandatario no dudó en denunciar el caso a la policía. Domènech apuntó directamente a los miembros de la oposición, a pesar de que no dio nombres. Félix Guerrero, Juan Armenta y Bartolomé Soberats, miembros de este grupo de oposición a la gestión de Domènech, han mantenido siempre su inocencia y no han dudado incluso en cargar contra los autores de los hechos, considerando el incidente deleznable e impropio del colectivo. La investigación se centra ahora en dos nombres.