El rockero internacional que habita bajo los palos del Mallorca ha relegado a un segundo plano el reencuentro del grupo de Vázquez con la UEFA Cup. Germán Burgos ha eclipsado al Teplice FK, entre otras cosas porque la eliminatoria está inclinada (1-2) y los antecedentes auguran una noche sin grandes sobresaltos en Son Moix. Burgos, que el martes abandonó sonriente la Policlínica Miramar "una resonancia magnética desveló que no padece ninguna rotura fibrilar", puede recuperar la titularidad y relegar de nuevo a la suplencia a un Leo Franco que no ha hecho otra cosa que coleccionar elogios en cada una de sus actuaciones.
Germán Burgós ha dejado claro que quiere jugar a toda costa, aunque sea con una protección especial en la parte posterior del muslo, pero desde los servicios médicos del club el mensaje es mucho más cauto. «Si el partido fuera hoy (ayer para el lector) mí consejo sería de no jugar y bajo este principio considero que será duda hasta última hora», advirtió el doctor Roig al término de la sesión preparatoria que realizó la plantilla balear en Son Moix. Vázquez tendrá la última palabra, aunque Leo Franco también ha hablado. «Está claro que me gustaría jugar tres partidos seguidos y si fuesen un millón todavía más "advirtió el compatriota de Burgos. Está claro que todos queremos jugar y mí obligación es ponerle las cosas difíciles al entrenador».
Incógnitas en la portería al margen, Vázquez ha decidido dejar fuera de la convocatoria a Serrizuela y Quinteros para cruzarse con un rival que no asusta en exceso. La plantilla ha optado por un discurso lleno de respeto, aunque tampoco ha dejado pasar por alto la rehabilitación que ha experimentado su fútbol y la renta que adquirió en tierras checas gracias a la inspiración de Diego Tristán. Bajo estas dos premisas, está claro que el duelo llega nítidamente inclinado. No obstante, el vestuario se ha apresurado a recordar que la confianza no es una buena compañera de viaje y además quiere regalarle a su hinchada una actuación convincente.