Fernando Vázquez fue un niño muy aplicado, estudioso y responsable. Tal y como es ahora. El técnico del Mallorca nació en Castrofeito y empezó a labrar su futuro en un Seminario de Santiago de Compostela. Allí fue donde Fernando dio inicio a una vida marcada por los estudios y por una obsesión, el fútbol.
Ayer Vázquez, en el espacio «Per Afició» de Tele Nova, ofreció detalles desconocidos de una vida intensa y, por momentos emotiva. «Nací en la cuna de una familia humilde y numerosa, éramos trece hermanos, ahora somos once. Por fortuna contábamos con el suelo de nuestro padre que era caminero».
Hace diez años murió su padre y lo que más duele a Fernando es que «él no pudo ver a todos los hijos colocados y trabajando. Me hubiera gustado mucho que me hubiese visto entrenando en Primera», comentó.
Vázquez se marchó muy pronto de Castrofeito. «Al llevar dos años en la escuela del pueblo, el cura vio que podría ir para fraile y tuve la oportunidad de estudiar en el seminario en Santiago. Tuve fortuna ya que esto me dio opción de seguir estudiando y aprendiendo».
El técnico del Mallorca reunía según los curas los requisitos para vestir sotana pero, como dijo Fernando: «No recuerdo si en algún momento decidí ser cura o no. No lo recuerdo pero creo que sinceramente no me pasó mucho la idea por la cabeza». Como casi todos los niños, Fernando también tenía un mote en el seminario, éste era «Cachito». «Me pusieron este nombre en la escuela, me lo puso me acuerdo mi tutor». Estudiar en el Seminario era la opción mejor para estudiar. «Era la salida más barata. Para estudiar teníamos que ir a la ciudad y yo no me podía pagar una pensión. Por eso me fue muy bien poder entrar en el Seminario». El técnico mallorquinista optó por estudiar filología inglesa aunque en el seminario donde estudió se daba francés. «Decidí estudiar inglés porque era una cosa práctica. Yo quería trabajar rápido y en esos años se peleaban por un profesor de inglés. Esta fue la razón». Mañana nuestros lectores podrán conocer más detalles sobre su vida.