Mucho tiro y poca defensa. Paco Olmos ya sabe cual es el principal problema de su equipo. El desequilibrio que ha exhibido el Bàsquet Inca en su primer ensayo serio de pretemporada ha generado la primera obsesión del verano: mejorar el juego sin balón. No obstante, la intensidad y agresividad en esta faceta que anunció el nuevo entrenador no deja de ser un mero tratado de intenciones. Olmos quiere coser un grupo sólido, pero el gran obstáculo puede estar en el perfil de los propios jugadores. La prueba de Menorca, además de saldarse con una derrota que no entraba en los planes "el resultado ha escocido en ciertos sectores del club", también ha evidenciado que el Bàsquet Inca ha comprado un buen puñado de jugadores solventes en ataque, pero poco dados al sacrificio en defensa.
De hecho, Olmos ordenó una marca individual con muchas grietas, especialmente en las secuencias de uno contra uno. El técnico ha desvelado que la defensa al hombre será una de los principales argumentos del equipo, aunque también habrá más alternativas. «Es cierto que tenemos un equipo con más calidad ofensiva que defensiva, pero trabajamos para mejorar en ese aspecto. El partido de Menorca no debe tomarse como referencia porque lo afrontamos con unas ideas muy concretas y el marcador no debía alterar nuestros planes. El equipo bajo su nivel debido a la rotación. Quería dar minutos y confianza a todos», explicó Paco Olmos sobre la cita de Maó.