El Real Mallorca SAD ha decidido cambiar la educación de su hijo menor. El club tiene la intención de modificar la orientación, el destino y la filosofía del filial y volver sobre sus pasos. Ahora no interesan jugadores foráneos y mediocres, se buscan mallorquines, jóvenes y con proyección. La entidad apela al «espíritu de Son Bibiloni» (antes Miquel Nadal) y hurga en el equipo juvenil.
El Mallorca ha declarado transferible a toda la plantilla y está gestionando la salida de los futbolistas que tienen contrato en vigor. Así, jugadores como Ramón, Rondo o Sastre pueden marchar en calidad de cedidos a clubes de Segunda y Segunda B, mientras que en el caso de Valbuena y Vaqueriza se busca un traspaso. Otros, como Novo y Cámara están pendientes de negociar su futuro, al igual que Sergio o Valencia, porque su despedida no está segura. La entidad quiere confeccionar un equipo joven, con futbolistas procedentes del equipo juvenil e incluso tantear a algunos que marcharon en su día a la Península. Quieren potenciar la cantera y dibujar un conjunto que forme jugadores por encima de los intereses económicos. Sólo falta lo más importante: los futbolistas. ¿Dónde están?