Sin pelos en la lengua, como siempre ha sido Chicho Lorenzo. Así departió por espacio de una hora el padre del pentacampeón del mundo de motociclismo en el restaurante Varadero, escenario elegido para la presentación de su segundo libro. 'El Método Lorenzo. Exigencias técnicas, físicas y mentales del motociclismo de velocidad' es el título del trabajo, que repasa su metodología de trabajo desde sus inicios y hasta la consolidación de la Chicho Lorenzo School, que sigue manteniendo en Mallorca una base operativa (Manacor) tras su traumática salida de Son Hugo.
A esos inicios y aquella etapa se refirió Chicho en una comparecencia en la que habló de todo. De su libro, de su hijo Jorge, del Mundial, de los pilotos mallorquines, de la clase política, de la federación... «Con cero ayudas y pocos habitantes, nos ayudaron cediendo Son Hugo, donde los mismos que nos lo dieron, nos lo quitaron», recordaba, a la par que señaló que esa aventura «no ha sido fácil», más cuando fue tajante al afirmar que «nos han tratado como a perros, incluso la Federación Balear, a la que tuvimos en contra durante años, pero mirando hacia atrás sacamos a grandes pilotos de allí», en referencia a la pista donde echó a andar la escuela de Chicho Lorenzo, mostrando la foto en la que aparecen en aquel grupo de trabajo otros campeones como José Luis Pérez, Joan Mir, Augusto Fernández o Izan Guevara.
Para estos tres últimos tuvo también palabras Lorenzo. Aseguró, en tono amable, que a los pilotos mallorquines del Mundial «les echaría una buena bronca. Joan Mir ha ido creciendo hasta ser campeón de MotoGP y se le ve con problemas; Augusto (Fernández) llevaba una buena trayectoria, pero en los tests ahora ha estado detrás, e Izan Guevara se estrelló el año pasado, tras una buenísima trayectoria en Moto3». Aseguró que su problema ante el cambio de categoría o tras haber logrado ser campeones «está en la cabeza, se están durmiendo y deben despertarse y volver a ser los de antes. La calidad y el carácter no se les puede negar», afirmaba.
'El Método Lorenzo' desgrana su filosofía de trabajo, iniciada y desarrollada con su hijo, Jorge Lorenzo, «inspirándome en otros deportes, buscando la esencia y poniendo de relieve la figura del entrenador», sacando de unas «pocas y pobres cartas» el mejor y mayor rendimiento del deportista. «A través de un simulador salieron los 'círculos' y los 'ochos', algo totalmente diferente, practicado en una explanada de asfalto, practicando movimientos que en carrera se van a encontrar. Era la manera de entrenar en un espacio reducido unas maniobras que visualizarán en los circuitos», proseguía Chicho, quien recordaba la validez de su fórmula al ser reclamado de nuevo por su hijo, en 2013 y cuando Marc Márquez irrumpió en el Mundial de MotoGP. «Estuve con él tres años y en 2015 volvió a ser campeón del mundo, ganando además muchas carreras», rememora.
Señala como factor clave «la calidad del deportista. Si la tiene, va a llegar», asegura, restando peso el potencial económico de las familias como empujón clave, además de hablar de «trampa» respecto a las ayudas institucionales «porque nunca acaban donde deben hacerlo», apostillaba, a la vez que recuerda el peso «del trabajo» en la formación de un joven piloto, además del carácter «y la confianza en uno mismo... el temperamento no se puede cambiar».
De aquellos orígenes en Son Hugo, donde se pulieron muchos aspectos plasmados en el libro, además de con eventos como la Liga Interescuelas, recordó que su objetivo era entonces «formar a una generación de pilotos que siguieran los pasos de Jorge Lorenzo. Se logró y ahora quiero trabajar con pilotos que quieran ser campeones del mundo», naciendo este método «de la necesidad» para llegar a alcanzar «la gloria deportiva y la verdad es que no me puedo quejar», afirmaba.
Como preparador, Chicho se pone «un 6» como nota, a la vez que confiesa que, si volviera a empezar «lo haría de una manera diferente», lamentando que lo peor de todo «es que se olvidan del trabajo que hicieron conmigo», en referencia a algunos de los que fueron sus alumnos. También criticó a la clase política, sin distinciones, asegurando que «su único interés son los cuatro años que van a estar ahí, no ven más allá...», aseguraba con firmeza.
Trabaja con ilusión en una competición mundial on-line porque «cuando consigo una cosa, me planteo otra, buscando siempre acercar el deporte a todo el mundo, a través de las escuelas y con un método asequible. Lo más fácil es tener una manera fácil y económica de entrar en este deporte», de que critica que hayan tenido que pasar 75 años desde el primer Mundial para que se cree un campeonato plenamente femenino, en el que ve a la mallorquina Pakita Ruiz como «una de las más rápidas del mundo».
Rememoró durante la puesta de largo de 'El Método Lorenzo' la retirada de su hijo, en 2019, una mezcla de muchos factores «como en cansancio, tras 30 añois encima de una moto en los que te pierdes muchas cosas, la valentía, que no es la misma que en la juventud, las radiografías que llevas detrás... creo que debería haberse retirado un poco antes», reconoce, a la vez que premia de él «más que el agradecimiento, el reconocimiento» del trabajo realizado por su padre con él desde niño.
Del actual Mundial de MotoGP dice que «ha perdido chispa e interés», además de que los pilotos «no tienen el carisma de antes», y sobre el salto de Marc Márquez de Ducati, reconoce que el de Cervera «querrá ganar, pero está en un equipo satélite, donde no tendrá lo mismo que en Honda», apuntando que a la marca italiana «le interesa más que gane Ducati que el que lo haga Márquez, porque si muchos pilotos vencen con esa marca, es que la moto es nueva», señalaba el creador de 'El Método Lorenzo' y una forma de entrenar y formar a pilotos que da continuidad al recordado 'Iniciación al motociclismo deportivo'.