El Dakar toca este viernes a su fin y Lorenzo Fluxá se dispone a completar su segunda experiencia en la prueba de motor más dura del planeta en plena remontada en la general de la categoría Classic. Después de una primera semana en la que volaron por los aires sus opciones de pelear por la general por culpa de los problemas mecánicos, el mallorquín y su copiloto Xavi Ribas están firmando sus mejores actuaciones parciales en las últimas jornadas y ayer completaron la décima etapa con la quinta posición que les permite escalar hasta el puesto 33.
«Hemos tenido problemas con la dirección y con el sistema de navegación, así que no ha quedado otra que pilotar a la antigua usanza, pero hemos quedado quintos en la etapa», analizaba Fluxá desde el desierto.
Dominik Ben y Kati Malicka, residentes en Cala Rajada, fueron vigesimonovenos ayer y ocupan la posición 70 de la general.
Carlos Sainz (Audi), por su parte, sorteó los tres pinchazos sufridos durante la décima etapa con la ayuda de su compañero Mattias Ekström y sigue liderando la general de coches, con 13 minutos sobre Sébastien Loeb (Prodrive), mientras el estadounidense Ricky Brabec (Honda) ganó por primera vez en motos y soltó a sus rivales más próximos a más de diez minutos.
Así, a falta de dos jornadas para que acabe el Dakar, esta próxima etapa que cubre 480 kilómetros entre Al Ula y la ciudad costera de Yanbu se antoja decisiva para el desenlace del rally, tanto por la pugna entre Loeb y Sainz como por conocer si las Honda serán capaces de desbancar al botsuano Ross Branch de la segunda plaza y completar un podio que sería histórico para los japoneses.