Indirectamente, el Real Mallorca está presente en estos Juegos Olímpicos de París de la mano de uno de sus accionistas. Una leyenda de la NBA y del baloncesto mundial que, a los mandos de la selección estadounidense, intentará retener el cetro que no sueltan desde Pekín 2008. Steve Kerr, amigo íntimo del presidente y máximo accionista de la SAD balear, Andy Kohlberg, tiene la responsabilidad de mantener a los estadounidense en lo más alto cuatro años más. Será en la final ante Francia, este sábado (21:30 horas, Bercy Arena).
Y en el banquillo de la gran favoerita estará un accionista del Real Mallorca. Kerr, responsable del equipo norteamericano desde 2022 y entrenador también desde 2014 de los Golden State Warriors, ha mostrado en más de una ocasión su compromiso e identificación con el club de cuya planta noble forma parte. En julio de 2023 entró a formar parte del equipo que encabeza Kohlberg, siguiendo la tradición y vinculación de la NBA con la entidad, después de que otra leyenda como Steve Nash o Robert Sarver -ex propietario de los Suns- se enrolaran con anterioridad en el proyecto.
Kerr ha visitado Mallorca, dando incluso una charla a los jugadores del primer equipo y conociendo las instalaciones del club y al cuerpo técnico. Incluso ha apoyado al equipo en algún partido durante una visita a la Isla, los que estrecha sus lazos con el grupo de trabajo que encabeza su amigo Andy Kohlberg, persona clave para atraer a un ilustre del baloncesto hasta Son Moix.
Oro en el Mundial de España 1986 como jugador, hasta en cinco ocasiones campeón de la NBA (tres con los Chicago Bulls y dos con San Antonio Spurs) y tres como entrenador de los Warriors, Steve Kerr (Beirut, 1965) destacó en la cancha como gran tirador y triplista. Su carisma y carácter se trasladó a los banquillos, donde ahora aspira a mantener la hegemonía de Estados Unidos, que en semifinales tumbó al rival más peligroso del torneo, Serbia, y ahora está a cuarenta minutos de amontonar otro oro.