Rafael Nadal se despidió de las medallas olímpicas en los Juegos de París. Lo hizo junto a Carlos Alcaraz en cuartos de final del torneo olímpico de dobles, 48 horas después de caer en individuales. Y pudo hacerlo también de la capital francesa, de Roland Garros y esa Philippe Chatrier, la pista que le vio reinar 14 veces en el Grand Slam de tierra. Los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram se interpusieron entre un sueño y la lógica, imponiéndose en un partido en el que no cedieron el servicio, mostraron su condición de doblistas y superaron a los españoles en dos mangas (6-2 y 6-4) en poco más de hora y media. Ahora, buscarán un lugar en la final ante los checos Machac y Pavlasek
El aviso de inicio fue alarmante. Era sabida la condición de experimentados doblistas de Krajicek y Ram, pero en el primer juego ya dejaron claro que no se lo iban a poner fácil a los dos tenistas más mediáticos de los Juegos de París. Rompieron su saque, el de Nadal, un 'break' para empezar y marcar distancias, que refrendaron con su saque para tomar la iniciativa ante el público de la Philippe Chatrier, que asistía a un espectáculo para muchos inesperado.
Topaban el mallorquín y el murciano con un muro, especialmente cuando Ram se ponía ante la red, defendiendo su saque pese a apuros que les plantearon los españoles a base de su repertorio de golpes a la línea y buscando forzar a los estadounidense, solventes en todo momento hasta aprovechar su oportunidad para encarrilar el primer set en el séptimo juego, en el que flojeó en su servicio Alcaraz para brindar a Krajicek y Ram hasta dos posibilidades de rotura, tras desaprovechar los españoles una ventaja. El 5-2 en contra lo hacía más difícil y, pese al empuje de los favoritos, el set fue a parar a manos de los norteamericanos en apenas 43 minutos (6-2).
La segunda manga era el todo o nada para Nadal y Alcaraz a la hora de mantener vivo su sueño. El servicio era un arma fiable para Krajicek y Ram, y a él se aferraban el de Manacor y su compañero para llevar el duelo, de nuevo y como 24 horas antes, al 'súper tie break' decisivo por una plaza en semifinales y la pelea por las medallas. Ram, a lo cañonero, frenó el intento de rebelión de Nadal y Alcaraz, este último con el partido de individuales y su clasificación para cuartos aún calientes.
Era una versión más gris de ambos, tal vez por el cansancio de Carlos y el hacer de sus rivales, que demostraron su mayor rodaje como doblistas para creer en sus opciones en todo momento. Con Krajicek al servicio, buscaron los 'winners' de Nadal cruzados y al fondo, al saque los estadounidense seguían inamovibles, buscando su oportunidad para remachar el partido si fuera posible. Y ese escenario se dio, con Alcaraz incómodo al saque y un 0-40 para Krajicek y Ram que remataron con polémica. Un resto que Nadal y Alcaraz vieron fuera no lo hizo la jueza de silla, ante el malestar y disconformidad del balear, que se iba enfadado a la silla.
Rotura de saque, 4-3 para los estadounidense y se ponía la cosa más cuesta arriba. Tocaba arriesgar al máximo, echar el resto. Creyeron Nadal y Alcaraz y un resto del murciano descolocó a sus rivales. Por un momento, porque al saque Ram, no hubo debate: 5-3 y restaban para dar la campanada. Apareció el Rafa más firme al servicio y el público siguió creyendo en la remontada. Del 40-15 se pasó a un 40 iguales que inyectó moral a los estadounidense, ante su gran oportunidad.
Servía Krajicek ante una central enloquecida a favor de los españoles, más entonados y reconocibles con un 15-40 a su favor que disparaba las expectativas. En el momento más tenso, Krajicek salvó con su servicio el golpe. El juego de la supervivencia, el noveno, dio una pelota de partido a los norteamericanos, que desperdiciaron. La segunda no, con un servicio directo que puso fin a un sueño. Y quién sabe si a la carrera de Rafael Nadal en la central de París.
La olímpica sí, dejando tras de sí dos oros, uno individual (Pekín 2008) y otro en dobles junto a Marc López (Río 2016) y un diploma en individuales, tras debutar en Atenas 2004 formando dobles con el que ahora es su entrenador, el también mallorquín Carlos Moyà.
En Nadal, esta com cuant va cumença........ era un fiet...... i encara eués, cualsevol mallurqui vus u dirá.... a Manacor son molt bufats. ( aqui deim presumits )