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El Porreres, el orgullo de un pueblo

El conjunto de Es Pla resurge de la mano de Miguel Soler y se convierte en el equipo revelación de Tercera tras 40 años de ausencia

Imagen de la plantilla de la UE Porreres posando para este periódico antes de un entrenamiento. | Pilar Pellicer

| Palma |

Cuarenta años después, Porreres vuelve a presumir de su equipo de fútbol. De la mano de Miguel Soler Atencia (Palma, 1973) la UE Porreres conquistó hace siete días el Poliesportiu Municipal de Sa Pobla para tomar impulso hasta la segunda posición y confirmarse como el equipo revelación de la Tercera RFEF. Los de Ses Forques, recién ascendidos a la categoría, alcanzan la undécima jornada con 22 puntos gracias a sus seis victorias, cuatro empates -el último esta jornada ante el Formentera- y una sola derrota, la sufrida en casa ante el líder Penya Independent. Ha ganado en cuatro de sus cinco salidas, sacando un punto de Na Capellera, y alzando los brazos en Binissalem, Mercadal, Calvià y Sa Pobla.

Miguel Soler, palmesano de nacimiento y porrerenc de adopción, dirige a una plantilla prácticamente renovada en relación a la que logró el ascenso el pasado verano. Un vestuario en el que conviven chavales que la anterior campaña militaban en División de Honor Juvenil con veteranos de guerra como Javi Moreno (40 años) o Canario (35) que acumulan cientos de batallas en Segunda B o incluso en la LFP y que están viviendo una segunda juventud.

Para el técnico, hermano del eterno capitán mallorquinista Chichi Soler, la clave está en la unión del bloque. «Se han juntado una serie de factores que nos están ayudando a estar arriba. En el vestuario existe la armonía y buen ambiente, que es una de las señas de identidad que intentó inculcar a mis equipos, y en momentos clave hemos tenido esa pizca de suerte necesaria para ganar los partidos».
Cuando se le pregunta por las aspiraciones de este equipo, que se refundó hace apenas una década después de varias temporadas sin fútbol senior, Miguel Soler no renuncia a nada: «La idea es afianzar el proyecto en Tercera, quedar entre los diez primeros, pero sin renunciar a nada. No hay que ponerse techo» afirma un técnico que está saboreando las mieles del éxito en su tierra y con un destinatario claro: su padre al que estaba muy unido, porrenenc de toda la vida y que falleció hace apenas dos meses de forma repentina. «Lo único que me deja con mal cuerpo es que mi padre no lo puede ver. Yo entreno por él y siempre que acaba un partido de forma inconsciente miro hacia donde él siempre estaba», recuerda con emoción Soler.

Padre de 4 hijos -uno de ellos milita precisamente en el Poblense- y taxista de profesión porque «el fútbol no nos da para vivir», Miguel Soler dejó su etapa como futbolista a los 24 años tras militar en el Santa Ponça, Santanyí, Llosetense y el propio Porreres. Se apartó de los terrenos de juego para «dedicarme al pádel» y regresó a los campos por sus hijos. «Comencé en el San Francisco prebenjamín, después pasó al Atlético Baleares cuando mi hermano estuvo allí, estuve 5 años en La Salle y 7 más en la Penya Arrabal, donde conseguimos dos ascensos a División de Honor. No salí de allí como me merecía y después entrené al Porreres, alcanzando las semifinales para subir. No renové y acepté la propuesta del Sóller, pero en diciembre decidimos liquidar el contrato. Me volvió a llamar el Porreres y la pasada temporada logramos el ascenso ante el Rotlet Molinar».

Soler cuenta con una plantilla en la que conviven pintores con albañiles y cuyo sueldo medio es de unos 400 euros mensuales por jugador. Partidario del 4-3-3 y del 4-1-4-1, quiere que sus equipos sean intensos y difíciles de ganar.
Línea a línea, la competitividad es máxima. «En la portería se alternan dos chicos de 21 y 22 años. Uno es Juli, ex-ATB, con una gran proyección y capacidad para crecer y el otro es Pau Socías, con unas grandes cualidades también. Juegan los dos porque es una forma de tenerlos enchufados».
En defensa, «hay un poco de todo. Tenemos a Calonge que ha jugado en Segunda B con Mallorca B en su juventud, Constància, Binissalem, Baleares o Andratx y que estuvo también en el Poblense. 32 años. Veterano. Los laterales son chavales de 19 y 20 años como Dani López y Dani Amengual. En la zaga también está Manel y Fede Lussenhoff, que después de unas semanas sin estar ni convocado ahora lleva cuatro o cinco partidos como titular a un gran nivel. El año pasado estaba en el Mallorca Juvenil. Guillem Romaguera, que estuvo en la cantera del Barça, Joan Sansó y Jaume Servera completan esa línea».

En el centro del campo «tengo a un pivote como Javi Moreno, de 40 años; gente del pueblo como Joan Sorell, Climent Noguera o Miguel Algaba. Está Jandro Álvarez, Saúl o Juanfran, ex ATB juvenil». En ataque el goleador es el brasileño «Gabriel Santos y también tengo a Nando Expósito, Sergi Martín (ex-Constancia juvenil), Osorio ‘Chino’, Rodri Cuenca (experiencia en el ATB), Pedro González, Borja Gurrionero y Canario, que poco a poco está recuperando su mejor forma. Tampoco quiero olvidarme de Rafel Ferrà, que tuvo una grave lesión de cruzado». Este es el Porreres, el orgullo de un pueblo.

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