La violencia es una de las grandes lacras del fútbol y, a pesar del trabajo de concienciación que se realiza, se siguen sucediendo episodios en los campos de Mallorca, donde el último altercado ha tenido lugar en un encuentro del grupo B de Segunda Regional que enfrentaba al Collerense B y al Son Ferrer en el campo de Ca na Paulina, en Palma. Un jugador visitante agredió al colegiado de la contienda y ha recibido una sanción de un año, que es el castigo que impone el Comité de Competición de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) por una infracción de esta índole.
El encuentro correspondiente a la jornada 23 del grupo B de Segunda Regional finalizó que enfrentaba el sábado al Collerense B y al Son Ferrer apenas duró media hora. Los locales ganaban 1-0 cuando el árbitro expulsó por doble amonestación a un jugador del equipo 'calvianer', que reaccionó agrediéndolo. El colegiado dio por finalizado el encuentro, que, tras el fallo del Comité de Competición, ha sido ya dado por concluido de forma oficial con el resultado de 3-0 para los del Coll.
Hasta cuatro sanciones han recaído sobre el agresor, al que se le ha impuesto un partido por la expulsión, otro por cumplir ciclo de amonestaciones, cinco por las amenazas al árbitro y un año alejado de los terrenos de juego por agredir al colegiado precipitando el final del choque y el triunfo del Collerense B por 3-0. Un año es la sanción que estipula el reglamento para la agresión a un árbitro y no es la primera vez que un integrante del Son Ferrer comete una acción de este estilo, ya que está a punto de cumplirse un año del golpe que dejó con un tímpano perforado al colegiado del choque que enfrentaba al Xilvar B y al conjunto calvianer.