El destino le ha dado la vuelta a Michael Pereira. La visita del Levante a Son Moix hace cuatro meses, el pasado 1 de noviembre, le permitió al interior francés dar su primer paso hacia la gloria. Estrenó titularidad en Palma y marcó su primer gol en la Liga. Ese tanto, que anotó aprovechando un buen servicio de Emilio Nsue, supuso la igualada, el inicio de una remontada completada por Pierre Webó en el tramo final de la entrega. Hoy, exactamente una vuelta después, Pereira huele a suplente...
El centrocampista galo está atravesando por su peor momento como futbolista profesional. Suma nueve jornadas sin marcar -su peor marca en Primera División- y ha sido sustituido en tres de los cinco últimos partidos. De cara a la entrega de esta tarde, en el Ciudad de Valencia, tiene todos los números para arrancar la cita desde el banquillo, por segunda vez en las tres últimas semanas.
Laudrup quiere apostar por futbolistas de garra y clase para desafiar a un Levante enrachado. A jugadores implicados en la lucha y la solidaridad, dos conceptos que hoy en día no entran en el vocabulario de Michael Pereira. Sus últimos encuentros han mostrado a un tipo apático, excesivamente individualista cuando tiene el balón y escasamente implicado en las labores de retaguardia. Incluso la grada del Iberostar Estadi se llegó a impacientar el pasado sábado con un futbolista que ha pasado de la gloria a la suplencia en apenas unas semanas.