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El Real Madrid impone su fuerza en un derbi que pierde sabor

El jugador del Real Madrid, Mesut Özil celebra con su compañero de equipo, Xabi Alonso, su gol ante el Atlético de Madrid. | Reuters

| Madrid |

Real Madrid 2 - 0 Atlético de Madrid


Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Carvalho (Raúl Albiol, m.82), Pepe, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Di María (Mahamadou Diarra, m.82), Ozil, Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, m.74).

Atlético de Madrid: De Gea; Valera, Domínguez, Ujfalusi, Filipe Luis; Mario Suárez, Tiago (Raúl García, m.68), Simao (Diego Costa, m.75), Reyes; Kun Agüero y Forlán.

Goles: 1-0, m.13: Carvalho. 2-0, m.18: Ozil.

Àrbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano). Amonestó a Khedira (71) por el Real Madrid, y a Mario Suárez (60) y Tiago (66) por el Atlético de Madrid.


El Real Madrid venció un derbi cómodo, plasmando su superioridad en veinte minutos iniciales de buen fútbol con goles de Ricardo Carvalho y Mesut Ozil (2-0), ante un Atlético de Madrid gris, víctima de una maldición a la que no encuentra soluciones.

Siempre existirá una rivalidad histórica entre dos viejos enemigos, pero el gran derbi madrileño ha perdido encanto en sus últimas ediciones. Sin polémicas en la previa y con triunfos madridistas en once años consecutivos que alimentan una maldición que parece no tener fin para el Atlético de Madrid.

El escenario en el que se presentaba el encuentro era tan desigual que nadie se extrañaba de ver un 2-0 en el marcador a los 18 minutos.

Pocos creían en el Atlético. El pesimismo rojiblanco no es una de sus virtudes. Traspasa barreras y cala en la plantilla, pese a que el primer objetivo de Quique Sánchez Flores fue fulminar el calificativo de «el pupas» para un equipo que firmó un histórico doblete la pasada temporada.

En el polo opuesto está instalado el Real Madrid de José Mourinho. La moral por las nubes. Disfrutando de una dinámica que le hace saltar al campo con hambre de éxito, con la victoria como único pensamiento en su cabeza. Este año evitaron el gol inicial del Atlético. Golpearon primero con un inicio arrollador que destrozó el planteamiento de Quique.

Mourinho había anunciado el once. No tenía nada que esconder. Quique buscó el achique de espacios. Juntó sus líneas bajo un 4-4-2 en el que Mario Suárez fue la novedad en el centro del campo y junto a Tiago cayó en la lucha con Xabi Alonso y Khedira. Es donde el Atlético comenzó a perder la batalla.

Ante el ritmo frenético del Real Madrid, el Atlético buscaba la calma pero no encontraba el esférico. De Gea comenzó con nervios el día de su 20 cumpleaños. Atrapó un remate de Pepe a los tres minutos, pero se le escaparon dos. El primero a tiro de Di María, que acabó en gol anulado a Khedira por fuera de juego, y el segundo a disparo lejano de Higuaín.

Las noticias ofensivas del Atlético las inventó un soberbio José Antonio Reyes. El 'Kun' disparó desviado en la primera, tres minutos antes de que el partido se rompiese. A los trece, en una acción protestada por los rojiblancos que pidieron falta de Xabi Alonso sobre Reyes, nació una acción que acabó en pase de Di María desviado por Ujfalusi, del que se aprovechó a placer Carvalho que pasaba por allí. Con todo a su favor superó con facilidad la salida de De Gea.

Buscó la espalda de los laterales el Real Madrid con Xabi Alonso dando clases del pase en largo, hasta que apareció Ozil. Destila calidad en cada acción. Dejó un gesto técnico pegado a banda con túnel y recorte ante dos rivales que levantó a la afición del Bernabéu. No se había sentado cuando aceptó el regalo de De Gea en una falta lateral, tapada solo con dos hombres, ajustando el zurdazo al palo largo sin reacción para el joven portero.

Antes había sacado una a Higuaín pero cedía en el duelo de porteros. El presente y el futuro de la selección española. Iker Casillas si fue decisivo cuando el Real Madrid bajó el ritmo. Intervenciones a dos disparos del 'Kun', aliado con su defensa en un balón muerto que desperdició Forlán y luciéndose con una parada llena de reflejos a testarazo de Domínguez y una 'palomita' a mano cambiada como respuesta al zurdazo colocado de Reyes.

Eran los mejores minutos del Atlético de Madrid. En la recta final del primer acto, cuando el Real Madrid se sostenía en las diagonales de Di María y el conjunto rojiblanco lamentaba la mano no pitada de Xabi Alonso dentro del área blanca tras disparo de Agüero.

En la reanudación, el Real Madrid se sintió con los deberes hechos y el Atlético los tenía por hacer. Subió el listón defensivo tras errores en acciones a balón parado y atacó con poca paciencia pero mucha velocidad. De poco genera una acción de gol. Ozil la puso desde la izquierda y el zurdazo enrabietado de Higuaín lo repelió el poste.

La misma acción se repitió con Forlán como protagonista. En la peor racha de su carrera -once partidos seguidos sin marcar- enganchó en la frontal un rechace que estrelló en la madera. El Atlético no bajó los brazos. Tiró de orgullo y buscó sin éxito el gol ante un Real Madrid que acusó el cansancio y las pocas rotaciones de Mourinho.

A la contra y con Cristiano como loco por marcar, tras dos intentos a la grada, Ozil tuvo el tercero, que sacó rápido Luis Filipe, pero las ocasiones fueron rojiblancas. Agüero en dos ocasiones, Varela, Forlán y Reyes, que rozó la escuadra, lo buscaron. No moverían el marcador. Ni Ramos con todo a su favor en el último suspiro. La historia de un nuevo derbi estaba sentenciada.

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