El Mallorca 2010-11 subirá esta semana una marcha. Impulsado por casi quince días de trabajo en los que se ha quitado el óxido de encima, el nuevo plantel bermellón, todavía en fase embrionaria, se trasladará el miércoles a Holanda para zambullirse en el tramo más duro del verano y, de paso, descifrar algunas de las incógnitas que todavía rodean al proyecto. Durante trece días, Michael Laudrup examinará a un grupo de futbolistas que en la mayoría de casos desconoce su futuro y seguirá recopilando apuntes. Sin refuerzos en el horizonte y con un ramillete de bajas aún por concretar, al danés le queda trabajo por delante. Mucho trabajo.
El entrenador mallorquinista, que insiste una y otra vez en que no tiene prisa por forjar a su nuevo grupo, cuenta a día de hoy con una extensa plantilla en la que sobran efectivos y en la que, sin embargo, quedan agujeros por tapar. Pero el danés quiere tenerlo bien atado antes de tomar decisiones y esperará a ver qué ocurre en Ermelo para ejecutarlas.
Hasta el momento, el Mallorca se ha desprendido de una serie de piezas fundamentales en el proyecto anterior y necesita sustituirlas. Ya sea con nuevas incorporaciones o con los jóvenes que han vuelto a la Isla tras madurar en Segunda. Se han ido el máximo goleador de las dos últimas temporadas (Aritz Aduriz), dos constructores de juego (Borja Valero y Mario Suárez) y un hombre de banda y especialista a balón parado (Julio Àlvarez). Además, sigue presentando una fuga en el carril derecho de la defensa (Mattioni) y ha perdido fondo de armario con la salida de Varela. Y aunque Emilio, Cendrós, Crespí, Trejo, Pina o Sergi Enrich pueden poner sus argumentos al servicio del vestuario, sigue haciendo falta algo más.
En el capítulo de las posibles llegadas, la propiedad se lo toma con calma. Los gestores del club saben que hay mucho tiempo para recorrer el mercado y entienden que a medida que se acerque el prólogo de la campaña se irán destapando oportunidades. En esa dirección, uno de los pocos nombres que han sonado con fuerza es el del argentino Ismael Blanco, tal y como adelantó Ultima Hora el pasado 7 de julio. El punta del AEK está en la agenda de Serra Ferrer, aunque el pobler tampoco ha movido ficha. Es un punta que vive adaptado a las exigencias del fútbol europeo y que cuenta con una hoja de servicios trufada de grandes números. Y su club le abriría la puerta por una cifra cercana a los dos millones de euros, por lo que podría convertirse sin problemas en el heredero de Aritz Aduriz.
En cuanto a las bajas, hay muchas entre las previsiones y todas ellas responden a motivos económicos, aunque tampoco hay demasiadas opciones de hacer caja. El único nombre marcado en esa posible lista sería el de Iván Ramis, que conserva un buen cartel y finaliza contrato en 2011. El Panathinaikos es uno de los clubes que ha contactado con su agente para interesarse, pero Cris, Da Costa y Gallas le han ido comiendo terreno en los últimos días. Si el Mallorca no le traspasa, es probable que busque en breve su renovación para evitar que se marche libre el próximo verano.