Murilo Fischer cerró la fiesta de la vigésima Challenge y de un Garmin-Cervélo que copa el palmarés de la cita (tres victorias en cinco carreras). El brasileño hizo que se viera más que nunca su maillot de campeón nacional en la línea de meta de Palmanova, tras una intensa jornada en la que la montaña realizó la selección natural dentro de un pelotón castigado por la exigencia de cinco jornadas en las que se ha rodado al límite. Eso sí, ayer la media descendió a forma notable (37'9 km/h), aunque los corredores no escatimaron esfuerzos para ofrecer un vibrante espectáculo a lo largo de 158 kiómetros.
Las cinco cotas de montaña puntuables sirvieron para cribar al grupo, que desde los primeros compases tuvo que acostumbrarse a los contínuos saltos. Oleg Chuzhda (Caja Rural) fue el primero en probar fortuna. Demasiado pronto, pues su aventura acabó pasado Santa Ponça. Hasta que Adrián Palomares (Andalucía Caja Granada) recobró el espíritu de Inca para destacarse en es Capdellà. Camino de sa Coma encontró un aliado en Iñaki Isasi (Euskaltel). David Belda (Burgos 2016) venía fuerte por detrás, dando forma al trío de cabeza en el Coll de sa Gramola. El pelotón transitaba a 1:36 y la renta subía a 2:20 en la cima, pese a los esfuerzos, de nuevo, del Movistar. En Estellencs, el margen crecía hasta los 4:18, pero la fuga tenía los minutos contados.
Las caídas rumbo a Sóller (con corredores del Orbea, NetApp y Rabobank, como Freire, implicados) evidenciaban el cambio de ritmo y orientación de la carrera. El Coll de Sóller sirvió de ejecutor del terceto, que tenía a apenas veinte segundos a Gorka Izaguirre, Mikel Landa (Euskaltel) y Arkaitz Durán (Geox-TMC).
La bajada unificó a los dos tríos y dejó al pelotón principal reducido a la justa expresión tras finiquitar la fuga. Entonces, Sergio Mantecón (España) y Javier Ramírez Abeja (Andalucía-Caja Granada) pensaron que era el momento. Igual hicieron Castroviejo, Izaguirre (Euskaltel), Herrada (Caja Rural) y Etxebarría (Orbea), que hicieron de puente con el pelotón. Descolgado Etxeberría, el quinteto se desmembró en Esporles y el Coll dels Tords, donde Mantecón volvió a probarlo. Pero el largo descenso hacia Palmanova serviría a los equipos con intereses en la llegada para evitar sorpresas. Quedaron cuarenta y Fischer fue el más ambicioso. Freire y Rojas se quedaron cerca, y Reynés lo probó. Un colofón emocionante para una Challenge que cierra su vigésimo capítulo.