BÀSQUET MALLORCA (10 17 20 16): Isma Torres (11), Axton (3), Bivià (9), Pampín (4), Kingsley (8) -cinco inicial-, Cabot (10), Miki García (3), Toni Vicens (9) y Sergio Alonso (6).
21 de 42 en tiros de dos, 3 de 21 en lanzamientos triples y 12 de 24 en tiros libres. 20 rebotes (8 ofensivos).
MENORCA BÀSQUET (24 10 24 21): Huertas (15), Donaldson (11), Otegui (10), Servera (12), Victor (14) -cinco inicial- Ciorciari (0), Sánchez (0), Caio Torres (11), Faner (2) y Radenovic (4).
22 de 34 en tiros de dos, 6 de 18 en lanzamientos triples y 17 de 23 en tiros libres. 32 rebotes (7 ofensivos).
Àrbitros: Guirao, Zafra y Calatrava. Eliminaron al visitante Caio Torres.
Incidencias: Cerca 1.000 espectadores en el Palau d'Esports d'Inca. Berto Alzamora fue homenajeado en el descanso y recibió una camiseta con el dorsal número 4 de manos del presidente del club, Antoni Ramis; el presidente de la FBIB, Jaume Estarellas; el conseller de Presidència del Consell, Cosme Bonet, y el edil d'Esports d'Inca, Felip Jerez.
El Menorca Bàsquet se adjudicó el III Trofeu Diada de Mallorca al imponerse al Bàsquet Mallorca en un duelo en el que el primero dejó constancia de su rango ACB y el segundo destiló buenas sensaciones pese a sus irregulares estadísticas.
En un choque con el ritmo y los desajustes habituales de estas alturas de la pretemporada el derbi balear se decantó muy rápido del lado menorquín. La única ventaja de los anfitriones llegó con el 4-2, ya que acto seguido los de Olmos rubricaron un parcial de 12-0 (4-14 a 4:50 para el final del primer cuarto). Servera, Victor y Donaldson golpeaban a los locales, que jugaron su mejor baloncesto en el segundo cuarto.
Con cuatro mallorquines en pista la escuadra naranja mejoró, pero fue un triple de Bivià el que colocó el 27-33 que hacía sonreír a los locales antes del descanso.
El Menorca volvió a distanciarse en el tercer cuarto después de que los locales hubieran enjugado la renta hasta los cinco puntos, pero en el último cuarto, que arrancó 47-58, dos triples seguidos de Huertas marcaron una distancia que los locales sólo podría maquillar.