El entrenador del Real Madrid, Chus Mateo, destacó la fe y la unidad de la plantilla blanca en el camino que le llevó a conquistar este domingo el título de la Euroliga al derrotar en la final al Olympiacos (78-79). «Estoy muy orgulloso de mis jugadores. Sabíamos que iba a ser muy duro, pero creímos hasta el final», destacó el técnico del conjunto español ante las cámaras de la televisión de la Euroliga.
Desde la pista del Zalgirio Arena de Kaunas, Mateo encontró a duras penas las palabras para expresar sus emociones: «Es difícil hablar en estos momentos. Han sido muchos altibajos emocionales. Es un momento increíble. Ahora solo quiero abrazar a mi gente». «Nunca nos rendimos. Cuando llegaron los problemas, supimos reaccionar. Fue bueno ver cómo se unieron en los malos momentos», añadió.