El entrenador asistente Jordi Fernández, que se convirtió este miércoles en el primer español en tomar las riendas de un equipo de la NBA en un partido oficial, culminó así su «sueño americano» para el que ha trabajado durante años y sin descanso. Fernández (Badalona, España, 1982) dirigió a los Kings en la victoria de Sacramento frente a los Toronto Raptors (123-124).
«Associate head coach» desde este año en los Sacramento Kings, Fernández trabaja a las órdenes de Mike Brown, el técnico principal de la franquicia. Pero la expulsión en el tercer cuarto de Brown le abrió las puertas para que hiciera historia en la NBA y en el baloncesto español.
«HISTÓRICO. JORDI FERNÁNDEZ se convierte en el primer español en dirigir un partido de la NBA como primer entrenador con los Sacramento Kings», publicó en Twitter la cuenta oficial de NBA Spain. Este tuit llegó acompañado de un vídeo en el que se veía a Fernández entrar eufórico al vestuario de los Kings para celebrar el triunfo con jugadores como Domantas Sabonis o Harrison Barnes echándole agua por encima.
Tras finalizar el partido, Fernández se mostró modesto y atribuyó la trabajada victoria ante los Raptors por un solo punto a la reacción de los jugadores de Sacramento tras la expulsión de Brown. «Ya se vio la expulsión del entrenador. Creo que el hecho que luchó tanto por sus jugadores, los jugadores respondieron. Creo que ha sido un esfuerzo colectivo. Los asistentes estaban calmados y me ayudaron mucho. Así como cada uno de los jugadores», dijo Fernández.
En una entrevista concedida a Efe la semana pasada, Fernández, que también ha trabajado en los cuerpos técnicos de franquicias como Cleveland Cavaliers o Denver Nuggets, habló sobre la posibilidad de convertirse en el primer español que dirigiera a un conjunto NBA. «Mi objetivo es tener un impacto positivo en la organización en la que estoy. Mi máximo trabajo es hacerle la vida más fácil a Mike Brown. Si mi buena labor me da esa oportunidad, estaré preparado. Yo creo que soy y seré capaz de hacerlo, pero lo que depende de mí es el puesto que tengo hoy y me hace mucha ilusión», dijo.
Fernández llegó a EE.UU. por primera vez en 2004 para asistir a un campus de verano. «Un jugador, que era de Oklahoma, me puso en contacto con su entrenador y acabé aquí. El verano siguiente comencé en la Academia Impact en Las Vegas y conocí a Joe Abunassar, el propietario», recordó. «Desde entonces, durante el año hacía el doctorado en INEF y los veranos me los pasaba trabajando aquí. Me llenaba mucho porque veía jugadores increíbles. Lo hice durante cuatro años. Mis vacaciones eran de otra manera pero las disfrutaba igual», agregó.
La clave para que se instalara en EE.UU. fue cuando conoció a Brown, quien le ofreció un puesto de trabajo con los Cavaliers «empezando desde abajo». «Lo que es el sueño americano. Dejé todo en España, en septiembre me mudé y estuve aprendiendo y trabajando mucho», contó.
A lo largo de su trayectoria en la NBA ha trabajado en la cancha y los vestuarios con estrellas como LeBron James o Nikola Jokic. «En el día a día te das cuenta de que son personas normales. De LeBron sólo puedo decir cosas positivas como persona y profesional. Es muy trabajador e inteligente. No todo pasa por ser físicamente superdotado: también hay que tener una disciplina y un hábito de trabajo increíble. No te das cuenta hasta que no ves todo lo que hay detrás. Trabaja de manera muy minuciosa», explicó.
No obstante, Fernández también se refirió a los sacrificios que ha tenido que hacer junto a su familia para poder cumplir su ilusión en la NBA. «Mi mujer estaba en Denver muy adaptada a una ciudad que nos gustaba mucho y de pronto te tienes que ir (al fichar por Sacramento). Te cambia la vida entera», admitió. «Hemos tenido la suerte de haber estado siete y seis años en las mismas organizaciones, no es lo normal. La logística de irte a otro sitio, buscar dónde vivir, cambiar de estado, el colegio de los niños... Tu vida da un giro importante», cerró.