No quiere llamar la atención, sencillamente Pere Sureda ha sentido la necesidad de liberarse compartiendo su drama personal. Así comienza el estremecedor relato del jugador del filial del Palmer Alma Mediterránea Palma, que ha revelado sus múltiples problemas.
«He sufrido depresión, aún sigo arrastrándola», dice el alero, que confiesa que ha «fumado marihuana». Acumula casi tres años de calvario entre hospitales desde que un problema cardíaco le apartó de las pistas en su etapa en Salamanca, donde tuvo que volver a pasar por el quirófano por culpa de una dolencia en la rodilla.
Su historial médico se ha agravado al ser diagnosticado de narcolepsia, un problema que asegura sufrir desde los 11 años aunque nunca lo había contado. «Es un trastorno neurológico que provoca una desconexión del cerebro durante unos segundos», relata explicando que no puede conducir o nadar solo. Además, explica que cualquiera de los tratamientos es contraproducente para su salud.
Sureda, que elogia el apoyo de su familia en la carta compartida en las redes sociales, no quiere que la enfermedad le gané y también reflexiona en su carta sobre el cáncer que superó su madre o la dura experiencia que supuso tener a su padre en la cárcel, un episodio del que reflexiona sobre lo «corrompido que está todo» y como «el Ico, el hijo de la Paca podía hacer y deshacer a su antojo»..