Las selecciones Serbia y España, finalistas del pasado Europeo de Polonia, disputarán mañana uno de los partidos de cuartos de final buscando un puesto para luchar por las medallas del Mundial que se disputa en Turquía.
Serbia volvió por la puerta grande al baloncesto internacional con la medalla de plata conquistada en el Europeo de Polonia del año pasado, y lo hizo con una nueva generación de jugadores jóvenes llamada a conseguir grandes logros en los próximos años.
Aúnan calidad, talento, altura y fuerza. Todo de la mano del seleccionador Dusan Ivkovic, un verdadero mago del baloncesto balcánico forjador de innumerables estrellas de proyección mundial.
La selección serbia tiene algo que la diferencia del resto de selecciones y es la versatilidad de sus jugadores: todos anotan, todos rebotean, todos asisten y todos pueden correr el contragolpe.
«Son muy buenos y muy altos, pero nosotros también tenemos nuestras armas. La gente se acuerda de la final del Europeo que les ganamos por cierta diferencia, pero recuerdan menos que nos ganaron en el primer partido del campeonato de Europa», declaró el jugador español Alex Mumbrú.
«El partido contra Serbia en nada se parecerá al de la final del Europeo. Los equipos son completamente distintos y ellos tienen un año más de experiencia», apuntó el seleccionador de España Sergio Scariolo.
Serbia está haciendo un Mundial casi inmaculado, tras perder un único partido en la primera fase contra Alemania. En octavos de final demostraron que también saben jugar bajo presión, al ganar a Croacia por un solo punto en un partido con grandes connotaciones para ellos por la rivalidad.
Ivkovic parece que tiene a todos los jugadores a su disposición, aunque corre el rumor, por los mentideros periodísticos del Mundial, de que su base Milos Teodosic, jugador más valioso de la pasada Euroliga, podría tener un dedo de la mano derecha roto.
El aparatoso vendaje que lució en la mano derecha en el partido contra Croacia y el habitual hermetismo de los serbios en este y otros sentidos hace que crezcan este tipo de rumores.
La selección de España tiene a Felipe Reyes y a Marc Gasol ligeramente tocados. Felipe hizo un viaje relámpago a Madrid el pasado domingo, para tratarse una dolencia en el cuello que parece que no tendrá consecuencias, aunque habrá que esperar al partido, y Gasol tuvo amigdalitis aguda, lo que siempre debilita por el tratamiento antibiótico.
Además, Jorge Garbajosa y Juan Carlos Navarro han venido arrastrando pequeñas lesiones, de las que parece que están bastante recuperados.
España, tras tener una primera fase algo complicada, parece que está volviendo a su juego habitual y en octavos de final, ante Grecia, ofreció su mejor versión en Turquía, lo que ha dado un plus de moral y confianza al equipo.
Después de tres días de descanso y entrenamientos, Scariolo ha podido preparar el partido con cierto tiempo y los jugadores están concienciados de que pasarán malos momentos a lo largo del partido.
«Debemos ser fuertes mentalmente y no permitir que en los malos momentos que tengamos Serbia se vaya de muchos puntos en el marcador. Tenemos que ser muy intensos en la defensa y estar concentrados los cuarenta minutos de partido para tener opciones de victoria», comentó Alex Mumbrú.
«Ni antes, en la primera fase, estábamos muertos, ni ahora tenemos ya la medalla de oro colgada», finalizó el jugador español.