Desde que Ingo Volckmann se convirtió en máximo accionista del Atlético Baleares un total de 14 entrenadores han sufrido la silla eléctrica en la que se ha convertido el banquillo blanquiazul, que este miércoles recibe un nuevo inquilino en la figura de Juanma Barrero tras la destitución de José Antonio García 'Tato'. El preparador extremeño se convierte así en el decimoquinto entrenador desde que el empresario alemán se hizo cargo del club, que no completa una temporada con el mismo entrenador desde que Manix Mandiola lo hiciera en la temporada 18-19 y 19-20.
La primera víctima en la lista de entrenadores fue Nico López, que había sido una pieza clave en el desembarco de Ingo Volckmann en el accionariado el verano de 2014. Los malos resultados finiquitaron la etapa del técnico 'inquer' y en gran medida la apuesta por los jugadores de las Islas que habían guiado al equipo a una sorprendente quinta plaza en la campaña 2013-14. El recambio fue Gustavo Siviero, que lograría el objetivo de la permanencia en la 2014-15 y vería como en la siguiente campaña, la 2015-16, sus métodos no estaban en la sintonía del propietario, que optó por otorgarle su confianza a Christian Ziege. Antes Javi Herreros hizo la transición hacia el ciclo con el exinternacional alemán, en el que el club celebraría la Copa Federación (2016), pero no alcanzaría los puestos de playoff.
El cese de Ziege en el tramo final de la campaña 2016-17 propició la llegada de Josico, que clasificaría al equipo para disputar las eliminatorias de ascenso en una gran remontada final en la liga. Tras dejar atrás al Toledo en la primera ronda, el fondo y las formas de la eliminación en semifinales ante el Albacete le costó la continuidad al técnico manchego, que ya no empezaría el siguiente curso. El ejercicio 2017-18 empezó con la apuesta Armando de la Morena, que hizo de su propuesta su bandera. Sin embargo, los resultados acabaron costándole el cargo y la responsabilidad recaería en Horacio Melgarejo, que dirigió al equipo en el derbi contra el Real Mallorca en Son Moix pero presentaría unos registros pobres que llevaron a un nuevo volantazo. Manix Mandiola fue el elegido para salvar una situación límite y los balearicos lograron una agónica salvación en la última jornada.
La temporada 18-19 con Mandiola al frente se saldó con el título y con nueva tentativa de subir a Segunda. Los balearicos se quedaron con la miel en los labios ante el Racing y el Mirandés y volvieron a la carga el siguiente curso con el preparador eibarrés al frente. El coronavirus lo trastocó todo y, después de enlazar otro campeonato del grupo, el playoff exprés se saldaría con los reveses ante el Cartagena en los penaltis y frente al Cornellà. De nuevo el fondo y las formas de la eliminación provocaron el divorcio entre el técnico y la propiedad blanquiazul.
Ingo Volckmann se encomendó en la campaña 2020-21 a Jordi Roger, pero sería su ayudante, Xavi Calm, el que acabaría dirigiendo al equipo a la continuidad en el tercer escalón del fútbol español, que se reestructuró para dar paso a la Primera RFEF. El catalán siguió al frente del equipo mientras Roger asumía galones en los despachos y el ATB se desmoronó tras su mejor actuación de siempre en la Copa del Rey. El equipo se cayó tras el parón navideño y Eloy Jiménez debía ejercer de revulsivo, pero tampoco convenció y el propio Jordi Roger acabaría bajando al banquillo para la última jornada ya sin opciones de lograr el playoff para el que había sido diseñado.
El presidente y máximo accionista se mostró convencido en que Jordi Roger era la persona adecuada para dirigir al equipo en otra ambiciosa apuesta por conseguir el ascenso. Su inversión nunca llegó a traducirse en resultados y, después de la interinidad de David Sierra, Onésimo tenía que reflotar la nave, pero su trayectoria casi la lleva a pique. Fue entonces cuando se entregó el mando a Tato, que logró la salvación en la última jornada con una victoria en Las Gaunas cuando todo parecía perdido.
La recompensa para el técnico mallorquín fue iniciar la temporada 2023-24 en la que el presupuesto ha sufrido una drástica reducción y el objetivo ha pasado a ser la permanencia. Su crédito para la propiedad se ha agotado tras cinco partidos con un saldo de un empate y cuatro derrotas que han dejado al equipo colista. Ahora Juama Barrero es el relevo para sentarse en una de las sillas más calientes del panorama de Primera Federación.