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La 'catorce' del ATB

El conjunto blanquiazul prolonga su idilio con la categoría que alcanzó en 2010

Panorámica del Estadi Balear durante el partido del playoff de ascenso contra el Mirandés en 2012. | M. À. Cañellas - M.A.CAÑELLAS

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El Atlético Baleares continuará la próxima temporada en el tercer escalón del fútbol español por décimocuarta campaña consecutiva. En este período lo más habitual ha sido verlo pelear por los puestos de privilegio que por la salvación, que ha amarrado en esta última jornada en Las Gaunas. Después de tres experiencias previas en la categoría de bronce en los setenta, ochenta y en la primera década de los 2.000, la etapa actual incluye tres campeonatos con otra participación en los playoffs de ascenso como cuarto, la conquista de la Copa Federación y un puñado de salvaciones tranquilas al margen de la salvación in extremis del curso 2017-18. Un pedazo de historia en blanco y azul que ha contado con dos propiedades, cuatro presidentes, 17 entrenadores y más de 200 jugadores en un período en el que vivió el destierro en Magaluf y una transición en Son Malferit antes de regresar al Estadi Balear.

2010-11

Con la lección aprendida de su anterior aventura en Segunda B con un descenso en la 2008-09, el Atlético Baleares, que ascendió ante el Tudelano en el estadio de Elola, dio forma a una plantilla para no pasar por apuros apoyándose en los jugadores de la empresa de representación Inverfútbol propiedad de Bartolomé Cursach, que al final del curso se convertiría en máximo accionista tras formalizarse la conversión en Sociedad Anónima Deportiva con Fernando Crespí como presidente. Tras un inicio irregular con Milojevic en el banquillo, Gustavo Siviero se hizo cargo del equipo en la octava jornada. Los blanquiazules transitaron la mayor parte del curso con la zona media-baja de la tabla, pero no pasaron por mayores apuros para lograr la permanencia en un curso en el que destacaron jugadores como Lawal y Thiago y Diop acabó como máximo goleador.

2011-12

El ATB elevó su apuesta de forma decidida bajo la dirección de Fernando Crespí y Bartomeu Cursach. Bajo la batuta de Gustavo Siviero y con fichajes de campanillas como los delanteros Antoñito, Jesús Perera o Dani Martín, el centrocampista David Sánchez o los defensas Mantovani, Brayan Angulo y José Izquierdo los balearicos se convirtieron de golpe en favoritos a pelear por el ascenso. Conquistaron el título liguero del grupo tercero con autoridad y disputaron la eliminatoria de campeones por el ascenso con el Mirandés. La derrota (1-0) en Anduva habilitó un espectacular partido de vuelta con el Estadi Balear a rebosar y los balearicos soñaron con el ascenso con el tanto de Brayan Angulo que igualaba la eliminatoria. Sin embargo, un penalti de Mantovani que convirtió Pablo Infante y un tanto de David Sánchez en propia meta frustaron las ilusiones balearicas. Los de Siviero no se recuperaron del golpe y no pudieron con el Lugo de Quique Setién, que seguiría adelante en los playoffs al ganar 3-1 en el Anxo Carro y empatar (0-0) en Palma.

2012-13

El revés sufrido hizo que los responsables del ATB se replantearan el modelo y se encomendaron a Pep Sansó como entrenador para trabajar con jóvenes con proyección como Roque Mesa o Cristian López. Después de un inicio irregular, la propiedad blanquiazul quiso atacar la zona alta con incorporaciones de quilates como Walter Pandiani, que llegó acompañado de su hijo, Cristian Portilla o Salva Chamorro, pero no llegaría a producirse el paso al frente del equipo hasta el punto que el actual presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears fue destituido para que el hasta entonces director deportivo, Paco Soler, terminara una temporada con más sombras que luces en la mitad de la tabla. Al margen de la decepción del primer equipo, la presidencia de Fernando Crespí contribuyó a la recuperación de la masa social y, sobre todo, de un fútbol base que pasó de bordear la desaparición a sentar las bases de su condición actual de referente en el panorama regional.

2013-14

La bonanza del primer trienio de la historia reciente en Segunda B no hacía presagiar el vuelco que supondría la campaña 2013-14. La marcha de Fernando Crespí y Bartomeu Cursach y el destierro a Magaluf marcaron una campaña convulsa en lo institucional y más que meritoria en lo deportivo. Dani Fiol fue nombrado presidente y Nico López regresó al banquillo conformando un equipo con el ‘producte de la terra' como emblema. Los mallorquines Xavi Ginard, Joan Vich, Pedro Mairata, Toni del Castillo, Xisco Hernández y el menorquín Pedro Capó fueron la columna vertebral de un equipo que disfrutó de la calidad de Thiago y la pegada de Florin Andone haciendo las delicias de los balearicos. El ATB, que entraría en concurso de acreedores en el mes de abril, recorrió el grueso del curso en puestos de playoff hasta que cayó de ellos en la penúltima jornada sorteando dificultades.

2014-15

El verano llegaría marcado por el desembarco de Ingo Volckmann, que se convertiría en máximo accionista de la entidad. Toni Garau fue designado presidente y la continuidad tanto en la plantilla y el banquillo como en la filosofía del club reforzada con incorporaciones de jugadores mallorquines de nivel como Chando, Artabe o Fullana, fueron los pilares sobre los que empezó a sustentarse la nueva etapa en la que el nuevo director deportivo, Patrick Messow, comenzaría a dejar su sello en el mercado de invierno con fichajes como los de Malik Fathi, Tim Vincken, Tedi Surac o Thilo Leugers. En enero los gestores del club, con el equipo asomándose al precipicio, optaron por un relevo en el banquillo. Siviero volvió a hacerse con el timón de la nave balearica, que salió a flote para lograr la permanencia sin mayores agobios. El curso se cerró con la dimisión de Toni Garau como presidente, cargo que asumió el máximo accionista, Ingo Volckmann.

2015-16

La segunda etapa de Siviero en el ATB, que elevó su cuota internacional con Pliquett, Wiemann y Lindberg, terminó tras 14 jornadas después de cuatro jornadas sin ganar y la falta de sintonía con los responsables del club, que, tras un período de transición con Javi Herreros al frente del equipo, se encomendó al exinternacional alemán Christian Ziege. Lejos de pelear por las posiciones de privilegio y con suficiente margen con la zona de descenso para no pasar por agobios, los blanquiazules vivieron su mayor alegría conquistando la Copa Federación en Son Malferit ante el Rayo Majadahonda. Después del 2-2 de la ida en tierras madrileñas, un tanto de Rubén Jurado tras una acción de Joan Vich le dio el título a los blanquiazules, que cerrarían la temporada en la mitad de la tabla. La otra gran noticia para los balearicos llegó en los despachos, ya que el músculo económico de la propiedad de Ingo Volckmann permitía a la entidad salir del concurso de acreedores.

2016-17

La propuesta futbolística de Christian Ziege no llegó a cuajar en Son Malferit en un curso en el que los fichajes del verano fueron, entre otros, Xisco Hernández tras su cesión, Aulestia, Carl Klaus Vallori. Uche, Julio Delgado o Luciano Becchio aterrizaron en invierno, pero la idea del fútbol de posesión del técnico germano tras una serie de ocho jornadas sin ganar. La irregularidad fue la nota predominante de una etapa que tocó a su fin tras caer en Badalona en la jornada 29. El club apostó por Josico y un gran esprint final metió a los blanquiazules de lleno en la pelea por los playoffs a los que acabaría accediendo con una victoria (1-0) sobre el Alcoyano en la última jornada. Los balearicos superaron en primera instancia al Toledo, pero sucumbieron en las semifinales por el ascenso ante el Albacete. Tras el 1-1 de la idad, un gol en el minuto 116 de Aridane en la prórroga de la vuelta permitió a los manchegos seguir adelante y frustrar los sueños de los balearicos con la dosis de polémica que generaron los cambios del técnico manchego precisamente ante el club de su ciudad.

2017-18

El enfado de la propiedad con Josico en el tramo final del ejercicio anterior motivó un relevo en el banquillo y la sorprendente apuesta por un entrenador como Armando de la Morena sin más recorrido que su experiencia en la cantera del Atlético de Madrid. De nuevo con el ideal de proponer fútbol ofensivo y divertido, el ATB no cumplió con las expectativas en un curso con rivalidad directa con el Real Mallorca, que actualizaba el historial de los derbis de Palma tras más de 40 años sin encuentros de liga entre ambos. En Son Malferit empataron sin goles y en Son Moix los mallorquinistas se impusieron 3-2. Los bermellones comandaban la liga con mano de hierro mientras los balearicos no cambiaban su deriva con Horacio Melgarejo en el banquillo. Manix Mandiola llegó en una situación límite para salvar el equipo in extremis. Los blanquiazules, que llegaron a ver la salvación a siete puntos en el tramo final, lograrían la permanencia en la última jornada con un triunfo 3-1 ante el Ebro después de convertir Son Malferit en un fortín.

2018-19


Samuel Shashoua, Nuha o Marcos Jiménez de la Espada agitaron el mercado estival del ATB, que se aferraba al libreto pragmático de Manix Mandiola y a su fortaleza de Son Malferit para pasar de lograr una salvación agónica a soñar con el ascenso. Los balearicos mostraron una extraordinaria seguridad defensiva y una gran regularidad para acabar alzándose con el título con una gran solvencia. En la eliminatoria de campeones los blanquiazules empataron sin goles en El Sardinero y en la vuelta se pusieron por delante gracias a un gol de Fullana de penalti en la primera mitad, pero el empate final logrado por Buñuel en la Segunda le dio el billete a Segunda al Racing de Santander. Los de Mandiola superaron el cruce ante el Melilla y el destino quiso que los balearicos volvieran a cruzarse con el Mirandés, que se impuso 2-0 en la vida. El Atlètic acarició la gesta, pero su triunfo por 3-1 acabó siendo insuficiente.

2019-20
En la temporada del regreso al Estadi Balear tras seis años de espera, Gabarre, Aurtenetxe, Xavi Finard, Gorka Iturraspe, David Haro, Jorge Ortiz o el histórico goleador Diego Cervero, entre otros, se sumaron al ATB campeón con una identidad definida y un grupo hecho a medida para dar continuidad a la dinámica ganadora conseguida con Manix Mandiola. Y los balearicos se las prometían felices hasta que la pandemia de coronavirus lo mandó todo al traste. Los blanquiazules eran líderes cuando se detuvo todo y precisamente en el parón, con las negociaciones del ERTE, comenzaron las divisiones internas que marcaron el desenlace de la campaña en los playoffs exprés en los que se resolvería el ascenso a Segunda. Los fallos en la tanda de penaltis de Jorge Ortiz y Armando Shashoua frente al Cartagena tras el empate a cero en el duelo de campeones emparejó al ATB con el Cornellà, que se impuso 1-0 acabando con el ciclo balearico.

2020-21
Tras el segundo sinsabor consecutivo en la fase de ascenso, Ingo Volckmann cerró la etapa de Manix Mandiola muy molesto con los planteamientos del técnico vasco y le encomendó el reto de pelear por la Segunda División a Jordi Roger, que tuvo a sus órdenes a una plantilla de primer nivel con la continuidad de hombres importantes y la llegada de fichajes como Coro o Vinicius Tanque. El formato de competición para recomponer las categorías tras la ausencia de descenso del curso del COVID dejó a los balearicos en la liguilla por ganarse una plaza en la Primera RFEF. La irregularidad en la primera fase le costó el puesto a Jordi Roger, que pasaría a la secretaría técnica, y su ayudante, Xavi Calm, se encargaría de liderar al grupo en una segunda fase en la que el ATB logró el objetivo de mínimos de lograr una plaza en la que sería la nueva tercera categoría del fútbol español.


2021-22
Los resultados y la confianza de la propiedad propiciaron la renovación de Xavi Calm como entrenador en el estreno de la nueva Primera Federación y una decidida apuesta por reforzar la plantilla. No sólo se conservó el bloque sino que también llegaron jugadores de quilates como uno de los máximos goleadores históricos de Segunda B como Dioni, Damián Petcoff o Hugo Rodríguez. La buena marcha liguera decayó tras la aventura histórica en la Copa del Rey en la que los balearicos golearon al Getafe y apearon al Celta antes despedirse a manos del Valencia en su mejor temporada de la historia en el torneo del KO. El equipo se cayó y los responsables del club se aferraron a la experiencia de Eloy Jiménez para intentar alcanzar los playoffs. El preparador manchego no logró reactivar al equipo y fue destituido antes de la última jornada en la que Jordi Roger regresaría al banquillo para acabar despidiendo la campaña en la sexta plaza.

2022-23
El ATB optó por la continuidad de la plantilla con las incorporaciones destacadas de Laure, Lucas de Vega, Carlos Ramos y Kevin Sibille y, sobre todo, Ingo Volckmann volvió a apostar por el hasta entonces secretario técnico, Jordi Roger, como entrenador. Los cambios de dibujo, las rotaciones en la portería y las lesiones fueron la nota predominante de un ciclo abonado al empate que saltó por los aires a principios de diciembre con un empate en casa en el que arreciaron las críticas. David Sierra, que había llegado al club como segundo de Eloy Jiménez, terminó el año con una sonrojante derrota en el Estadi Balear 0-3 ante el Murcia que precipitó otro relevo en el banquillo. El elegido fue Onésimo Sánchez, que se encontró con un equipo en plena transformación en el mercado de invierno en el que llegaron jugadores de la talla de Xisco Jiménez, Marc Baró, Dani Nieto, Tropi o Víctor Narro. Un victoria en su estreno, tres derrotas en casa y dos empates acabaron con la etapa del preparador pucelano, que nunca gozó de la confianza del propietario. Tato dio el salto al primer equipo y, después de dos derrotas, sentó las bases de un equipo que parecía alejarse del fuego con ocho jornadas sin perder y tres triunfos consecutivos adornando la racha. Pero tres derrotas seguidas y la imposibilidad de pasar del empate ante el descendido Calahorra, obligó a los balearicos a jugárselo todo en Las Gaunas. La moneda salió cara y el ATB mantiene la categoría.

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