El Atlético Baleares ha conocido este lunes el calendario que le aguarda en la temporada 2019-20 en la que competirá en el Grupo I de Segunda División B por primera vez en su historia compitiendo con gallegos, madrileños, asturianos, los otros representantes de Baleares, Las Palmas y Melilla. La liga arrancará el próximo 25 de agosto con los blanquiazules visitando al Langreo y bajará el telón el 17 de mayo desplazándose al campo de la Peña Deportiva.
Después de quedarse a las puertas del ascenso como campeón del grupo tercero, los balearicos, que vivirán su primer partido en casa el fin de semana del 9 de septiembre ante Las Palmas Atlético, tratarán de volver a pelear por las posiciones de privilegio en esta nueva temporada en la que tendrá entre sus principales competidores al Ibiza, con el que se las verá el 20 de octubre (fuera) y el 8 de marzo (casa). No será el único derbi balear para el Atlético Baleares, ya que este curso que viene también se reencuentra con la Peña Deportiva, con la que disputará el último partido de la primera vuelta el 5 de enero y el último de la liga.
Entre las citas destacadas del calendario cabe mencionar, entre otros, enfrentamientos ante uno de los grandes favoritos al ascenso, el recién descendido Rayo Majadahonda, o los duelos ante el siempre potente Real Madrid Castilla que esta temporada dirige Raúl González Blanco. Los enfrentamientos ante los majariegos se producirán los fines de semana 8 de septiembre y 26 de enero, mientras que los encuentros con el filial madridista serán el 17 noviembre (casa) y 5 de abril (fuera).
Entre los grandes alicientes para la próxima temporada también se encuentra el regreso al Estadi Balear. El director deportivo del club, Patrick Messow, manifestó recientemente que la intención y el gran objetivo es iniciar la temporada en el remodelado feudo balearico, que permanece cerrado desde 2013.
Tras militar durante más de una década en el grupo tercero junto a catalanes, valencianos y aragoneses en algunos casos, los nuevos rivales de los blanquiazules son cuatro gallegos, cuatro asturianos, siete madrileños y los considerados periféricos (Balears, Melilla y Las Palmas B). Los blanquiazules cambian el que ha sido su hábitat natural junto a Peña Deportiva e Ibiza.
La reorganización responde al superávit de equipos en el Grupo III. Al hecho de que no se han producido ascensos a Segunda hay que sumarle los descensos del Nàstic y el Reus y el ingreso desde Tercera de la Peña, La Nucía, el Orihuela, el Prat y el Llagostera. El Ibiza, que militaba en el grupo cuatro tras comprar la plaza del Lorca, tenía que reubicarse elevando a 23 la lista de participantes en el grupo tercero. La solución ideada es desplazar a los tres conjuntos de Balears y mantener juntos a catalanes, valencianos y aragoneses.
No es la primera vez que los equipos de las Islas se ven obligados a jugar lejos de su hábitat natural los últimos 15 años. Al Mallorca B le tocó jugar en el Grupo I tanto en la temporada 2004-05 como en la 1996-97 e incluso llegó a medirse con murcianos, andaluces y extremeños en el Grupo IV en el curso 2001-02. El ATB, en cambio, siempre ha convivido con catalanes y valencianos cuando ha militado en Segunda B.